México se encuentra sumido en una espiral de violencia que plantea un sombrío escenario para el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador. Según las tendencias actuales, el país podría estar en camino de experimentar el periodo más violento en su historia, con la proyección de más de 210 mil homicidios dolosos al término de su mandato. Estas cifras, impactantes y preocupantes, exigen una reflexión profunda y acciones urgentes por parte del gobierno.
El incremento de la violencia durante el gobierno de López Obrador ha sido constante y desalentador. Las expectativas iniciales de un cambio efectivo en materia de seguridad y una reducción significativa de los índices delictivos no han sido cumplidas. Por el contrario, el número de homicidios dolosos ha seguido en aumento, dejando a su paso dolor y desolación en comunidades de todo el país.
De acuerdo con un estudio realizado por el Centro TResearch, a 4 años y medio de que inició la llamada Cuarta Transformación, se ha alcanzado ya el récord histórico de 158 mil 421 asesinados (contabilizados hasta el miércoles 21 de junio del 2023), lo que coloca a la administración del tabasqueño como la violenta de la que se tenga registro.
El estudio de TResearch, denominado “La Guerra en Números”, revela que el promedio diario de homicidios en el país con López Obrador al frente de la presidencia es de 95 asesinatos. A año y medio de que concluya la presidencia del tabasqueño, las cifras ya superaron a las que se contabilizaron durante los 6 años de su antecesor, Enrique Peña Nieto, quien al concluir su periodo acumuló un total de 156 mil 66 asesinatos.
El documento dado a conocer por la empresa encargada de realizar estudios de mercado, encuestas y de percepción en diversos temas de interés público, hace un comparativo de homicidios desde la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, hasta la actual de López Obrador. De acuerdo con su evaluación, durante el sexenio de Salinas de Gortari ocurrieron 76 mi 767 asesinatos; con Ernesto Zedillo se registraron 80 mil 671; el periodo de Vicente Fox fue el más bajo con 60 mi 280 homicidios dolosos; con Felipe Calderón la cifra aumentó a 120 mil 463 (casi el doble de su antecesor); con Enrique Peña fueron 156 mil 66 y en con un año y medio de gobierno por delante, la administración de López Obrador ya superó a todas las anteriores.
De acuerdo con el estudio, el año más violento del que se tenga memoria en cuanto a homicidios dolosos fue el 2020, que alcanzó la alarmante cifra de 36 mil 773 homicidios dolosos, seguido del 2018 (último de Peña Nieto) con 36 mil 685. Llama la atención que desde 1990 hasta 2023, 3 de los 5 años más violentos correspondan al periodo de López Obrador.
Con base en los resultados de su estudio, Treasearch proyecta que, para el último día de la administración del Morenista, el tabasqueño concluirá su periodo con un acumulado de 210 mil 400 homicidios dolosos.
Estrategia de López Obrador ha fallado
Los datos evidencian que las políticas implementadas hasta ahora han mostrado serias fallas en su capacidad para combatir el crimen organizado y proteger a los ciudadanos. El enfoque basado en la amnistía, la estrategia de abrazos en lugar de balazos y la no confrontación ha generado cuestionamientos y errores sobre su eficacia y, en algunos casos, ha generado impunidad.
Con base en los datos aportados por TResearch, resulta evidente que la población clama por estrategias más contundentes y una presencia gubernamental efectiva que garantice la seguridad de todos los mexicanos.
El impacto de esta ola de violencia se ha sentido en todo el territorio nacional. Las comunidades más vulnerables son las que pagan el precio más alto, viéndose atrapadas en una espiral de miedo y desesperanza. La economía y el desarrollo del país también se ven afectados, ya que la inseguridad obstaculiza la inversión extranjera y el turismo, elementos clave para el crecimiento y el bienestar de México.
Los resultados del estudio concluyen que resulta imperativo que el gobierno de López Obrador asuma su responsabilidad y tome medidas urgentes para intentar, al menos, revertir esta situación. Se requiere una estrategia integral y multifacética que aborde las raíces profundas de la violencia, incluyendo la desigualdad social, la pobreza y la falta de oportunidades. Además, es necesario fortalecer las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia, mejorar la coordinación entre los distintos niveles de gobierno y promover la participación ciudadana en la lucha contra el crimen.
La impunidad debe ser combatida de manera contundente, asegurando que los responsables de los actos delictivos sean llevados ante la justicia y que se fortalezcan los mecanismos de investigación y persecución del delito. La transparencia en las acciones gubernamentales y la generación de confianza en la sociedad también son elementos cruciales para enfrentar esta crisis.
El tiempo apremia y el gobierno de López Obrador debe redoblar sus esfuerzos para cambiar el rumbo de la seguridad en México. Sin duda, el legado de su administración será marcado por la violencia desenfrenada y la inseguridad generalizada en país donde los mexicanos merecen vivir en la paz y donde la tranquilidad sean una realidad.
