De nada serviría que en México existiera pena de muerte, si la impunidad sigue siendo así de alta. La cifra negra de delitos no denunciados en el país fue de 93.2 por ciento en 2018.
Miles de delitos se cometieron ese año y la mayoría no fueron reportados. De los pocos que sí, en el 51.1 por ciento de los casos no pasó nada o no se continuó con la investigación. Tenemos un país con una impunidad casi total.
Especialistas han estimado que en términos generales solamente el 2 % de los actos criminales que se cometen en México son sancionados penalmente.
Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC), la impunidad directa de homicidio doloso en el mundo es alrededor del 57%; en América Latina del 76%, en Asia del 52% y en Europa apenas del 19%. En México la impunidad en homicidio doloso en 2014 fue de 78.6%.
Desde el año 2006, cuando inició la llamada guerra contra el narcotráfico, el país se ha visto envuelto en una espiral de violencia. Los homicidios han ido al alza y 2019 apunta para ser el año con el mayor número de asesinatos del que se tenga registro.
¿Te has visto afectado de alguna manera por la impunidad?
¿Qué sugieres hacer para impulsar el estado de derecho en el país?
Impunidad, un problema con muchas víctimas
Un robo, un secuestro, un asesinato, deja muchos tipos de víctimas, las directas, las que sufrieron de primera mano el delito, y las indirectas, los amigos, familiares o incluso testigos de ese acto de violencia.
Este crimen deja diferentes tipos de secuelas. Se calcula que los altos índices de inseguridad en el país, han alejado de las aulas a más de 182 mil menores de edad, esto entre 2007 y 2018. Es una cantidad muy importante de personas que ya no tendrán la oportunidad de recibir una educación debido a este problema.
Las afectaciones también son a la salud de la gente. Se ha observado que las madres que estuvieron en lugares con altos índices de violencia, tienen hijos que pesan un poco menos al nacer y a lo largo de su vida les cuesta más trabajo relacionarse.
La impunidad también aleja a la gente de sus casas. Las víctimas de la violencia, se ven muchas veces forzadas a dejar su lugar de nacimiento para buscar mejores condiciones de vida. Ya sea porque están siendo amenazadas por grupos criminales o por la inacción de las autoridades para detener estos hechos.
Justicia lenta
Una investigación de Animal Político reveló que si solo nos concentráramos en encontrar a quienes cometieron homicidios entre 2010 y 2016, nos tardaríamos 124 años en hacerlo.
Además, no solo basta con resolver los casos, también se necesita reparar el daño, el cual va mucho más allá de un robo o un asesinato.
En otros países como en Colombia, existe el modelo de reparaciones colectivas, es decir, el estado invierte en las zonas donde se desarrollaron los hechos de violencia o de criminalidad para evitar que vuelvan a suceder. Esto se ha utilizado en grupos indígenas, afectados por robos de tierras y también con las víctimas del narcotráfico.
El reto del gobierno en los próximos años es muy grande, no solo es reducir la inseguridad, sino mejorar el sistema de justicia del país y reparar el daño que ha dejado en el país tantos años de violencia.
Fuentes y bibliografía:
Los costos de la impunidad. Patricia de Obeso y Alejandro Anaya
Impunidad y violaciones a los derechos humanos. Horacio Ortíz y Daniel Vázquez
Costos de la impunidad y el desplazamiento interno forzado en México. Laura Rubio Díaz Leal.
Costo económico de la impunidad. Eva Arceo Gómez
Estudio Mundial sobre el Homicidio. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
“Seguridad interior, ¿seguridad para quién? Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, A.C.
