Esto no es algo de película

Por: Martha Anaya

El tema de la (in) seguridad no tardó mucho en alcanzar al embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau.

Primero, a mediados de septiembre, fue el Culiacanazo (enfrentamiento entre narcotraficantes y militares ante el intento de detener a uno de los hijos de El Chapo Guzmán para cumplimentar una orden de extradición solicitada por Estados Unidos.

Obviamente se metió de lleno el tema, pero nada dijo al respecto de manera pública el diplomático estadounidense.

Después vino la masacre a niños y mujeres del clan LeBarón. Ocurrió algo semejante: se puso a trabajar con su equipo y las autoridades mexicanas sin hacer mayor ruido. Públicamente sólo figuró un sentido pésame de su parte a las familias (de origen binacional) desde su red de Twitter.

Pero ayer, luego de celebrar su cumpleaños número 56, la víspera y cumplidos tres meses de haber asumido como embajador de su país en el nuestro, Landau habló abiertamente sobre estos temas: el del narcotráfico, el de las armas, el de la drogadicción.

“Yo reconozco que somos parte del problema aquí en México, pero por eso yo quiero ser parte de la solución también, porque no podemos estar en la situación donde nos estamos culpando el uno al otro, donde los estadounidenses piensan: ‘Ah, éste es problema de México, y los mexicanos dicen: ‘Ah, no, es problema de Estados Unidos.

“Ya basta de eso –pidió-, realmente no podemos estar culpándonos el uno al otro todo el tiempo. Los malos son los criminales organizados, los delincuentes, y son una amenaza muy real. Esto no es algo de la película”.

Luego de ver lo ocurrido en Culiacán y en Sonora, Landau pidió valorar con claridad que estamos ante una “amenaza muy peligrosa, que si no se control, va a empeorar.” Tenemos que enfrentar estos retos de seguridad, es importantísimo para el futuro de México: “No puede ser que haya grupos de delincuentes que tienen el control de parte del territorio de México…”, advirtió.

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