El desplome bursátil por el Covid-19 no ha terminado

desplome bursatil

Enrique Quintana

Los mercados no están exagerando.

Los datos más recientes sobre la pandemia del coronavirus indican que aún estamos lejos de que se controle.

El Dow Jones retrocedió 12 por ciento del 21 de febrero al viernes pasado. En el mismo porcentaje se desplomó el Euro Stoxx 50. El petróleo ya venía cayendo y en lo que va del año ya retrocedió en casi 26 por ciento. Las tasas de interés de los bonos del Tesoro de EU están en mínimos históricos. En el plazo a 10 años está en 1.12 por ciento.

Mientras que en China se estabiliza el crecimiento de la enfermedad, en otros países crece de manera acelerada.

Destaca el caso de Italia, país en el que ya se reportan cerca de 1 mil 700 casos, con un ritmo de crecimiento de alrededor del 50 por ciento en un día. En otros países el ritmo de crecimiento es muy elevado, aunque parte de niveles bajos.

La razón de las caídas tan drásticas en las bolsas es que se prevé que en diversos lugares del mundo tengan que tomarse medidas restrictivas para evitar la propagación del virus.

Esto hará prácticamente inevitable una afectación sobre las cadenas de suministros y por lo tanto sobre la actividad económica.

Aún es demasiado temprano para estimar el impacto que existirá en el crecimiento de la economía. La mayor parte de las predicciones, que consideraban un retroceso de apenas unas cuantas décimas de punto porcentual, seguramente se van a quedar cortas.

Probablemente hasta este momento no se ha percibido aún el impacto de que falten partes en los procesos manufactureros, pero será cuestión de días, o a lo sumo de semanas, para que en diversos sectores se agoten los inventarios y por lo tanto empiece a parar la producción por falta de componentes.

Hay diversos análisis que consideran que en el primer trimestre del año la economía china crecería apenas a tasas del 2 al 3 por ciento… o menos.

La relevancia de China como la primera potencia manufacturera del mundo no se puede subestimar.

Pero, por si faltara algo, el problema ahora es que las restricciones al comercio y el turismo no sólo tienen que ver con China sino con otros países que tienen niveles elevados de contagio, como por ejemplo Corea del Sur o Italia.

Un escenario poco probable aún pero no imposible es que nos enfrentemos a las peores restricciones para realizar viajes desde el 11 de septiembre de 2001.

Esto inevitablemente dañaría la actividad económica mundial en una proporción muy superior a la que hasta ahora se ha considerado.

Por todas estas razones es que no puede considerarse que hayamos ya tocado fondo en el desplome de los mercados bursátiles. La semana que hoy se inicia probablemente volverá a traer consigo turbulencia y caídas de los precios de las acciones ante una perspectiva todavía muy incierta.

¿Qué tanto le pegará a la economía mexicana esta circunstancia? Como con otras variables, no se puede dar una respuesta razonablemente precisa ahora.

Lo más probable es que haya un debilitamiento de la actividad económica, sobre todo la relativa a los sectores vinculados al comercio exterior.

Si ya de por sí, los expertos habían bajado su estimación de crecimiento para México para el 2020 a un promedio de 0.9 por ciento, lo más probable es que en las próximas estimaciones esa tasa esté apenas ligeramente por arriba del medio punto.

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