Lo peor está por llegar

lo peor está por llegar

Enrique Quintana

Sin ánimo tremendista y con el deber de reconocer la realidad, creo que es prudente hacernos las siguientes preguntas.

1-¿Llegamos ya al fondo?

A pesar de que desde el punto más alto, del 12 de febrero, hasta el día de ayer el índice Dow Jones ha caído en 32 por ciento, lo más probable es que no hayamos llegado aún al fondo. En la medida que empiecen a surgir indicadores económicos que comprueben que estamos ya en una situación de freno económico severo, es probable que los inversionistas tengan elementos para continuar con la oleada de ventas y por lo mismo con la baja de las bolsas, del crudo, y en la búsqueda de activos financieros seguros, como los bonos del Tesoro norteamericano, por lo que el caos en los mercados financieros podría seguir.

2-¿Qué tan grave y prolongada puede ser la recesión que casi seguramente se va a presentar?

Hasta el propio Trump dijo ayer que se ve venir una recesión por la pandemia. No tenemos aún todos los elementos para juzgar el impacto que tendrá. Si las medidas de contención y distanciamiento social que se apliquen permiten que en el curso de un par de meses esté controlada la pandemia, entonces probablemente nos encontraríamos en el escenario de una recesión profunda pero corta. Una especie de “V”. Pero si las medidas de aislamiento social resultan ineficaces o insuficientes o bien, se requieren por un periodo más extenso, entonces podríamos estar ante el riesgo de una recesión profunda y larga, como la del 2009 o peor.

3-¿Qué tanto le puede pegar la pandemia a la economía mexicana?

En el primer escenario mencionado arriba podríamos tener una caída fuerte del PIB en el segundo trimestre del año, tal vez de 4 a 5 por ciento, y una recuperación moderada en los trimestres tercero y cuarto. Al final del año podríamos estar con una caída de 1 a 2 por ciento en promedio. Sin embargo, si las medidas de distanciamiento social se prolongan, entonces lo más probable es que la caída del segundo trimestre sea mucho más brusca y que no se logre la recuperación tan pronto, lo que implicaría que en el 2020 podríamos tener un desplome como en 2009.

4-¿Hasta dónde puede llegar el tipo de cambio?

Ayer, en los mercados internacionales, a pesar del feriado en México la cotización del peso frente al dólar alcanzó un nivel histórico. Esto implica una depreciación de 20 por ciento en lo que llevamos de 2020. La razón es el llamado “vuelo a la calidad”, es decir, la decisión de múltiples inversionistas de abandonar activos que consideran de mayor riesgo, como los valuados en pesos, para canalizarlos a activos seguros en dólares, a pesar de que prácticamente ya no paguen intereses. No sabemos por cuánto tiempo más esta circunstancia pueda prolongarse, por lo que tampoco podemos afirmar con entera certeza que nuestra moneda no se vaya a seguir despreciando más.

5-¿Puede esta crisis detonar la quiebra de empresas o de instituciones financieras?

Es algo que no debe descartarse, sobre todo si el escenario que ocurre es el de una recesión prolongada y profunda. Podría haber empresas que no resistan el golpe y tengan que bajar la cortina. En el caso de los bancos, aunque la crisis de 2008 y 2009 dejó lecciones y hoy se encuentran mucho más sólidos a nivel internacional que en el pasado, tampoco puede descartarse que pudiera haber bancarrotas. Lo que sí parece factible es que, salvo que tengamos un escenario verdaderamente catastrófico, no tendremos un colapso del sistema financiero de las magnitudes que tuvimos en 2008 o 2009.

Veremos en las siguientes semanas qué escenario es el que prevalece, pero de una recesión no nos salvamos.

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