Credibilidad y confianza… por los suelos

Bolsa Mexicana Valores

Luis Soto

En medio del pánico y la incertidumbre que vive el país por las crisis sanitaria y económica, incertidumbre que conforme pasan los días se va incrementando, el Presidente de la República pide tener confianza en el gobierno porque las cosas se están haciendo correctamente.

Sin embargo, la sociedad observa con preocupación que las medidas anunciadas por el primer mandatario —como destinar 3 mil 500 millones de pesos para la compra de materiales y equipos, adelantar la pensión a adultos mayores y mantener en operación programas sociales— no son suficientes para enfrentar la segunda etapa del coronavirus, aunque insista en declarar que “estamos preparándonos para cualquier situación grave con espacios, hospitales, equipos, medicamentos…”. La inocultable realidad es que no hay suficiencia en nada de lo que menciona.

Por otro lado, ante la difícil situación económica que se agrava cada día que pasa, el gobierno federal parece que no sabe cómo enfrentarla; anuncia planes y programas de inversión —que está detallando— en donde invitará al sector privado para que participe; informa que Carlos Slim y Alberto Baillères le van a meter mucha lana a varios proyectos productivos, y lo único que sabemos es que el señor Slim, le metió una lana, pero a su bolsillo, con la venta de una de sus tantas empresas.

Por su parte, el Banco de México insiste en regalar dinero a través de las subastas de coberturas de dólares, que para algunos es como tirar dinero a la basura, porque los únicos beneficiados son los especuladores, entre ellos las tesorerías de las empresas. Ante el escenario descrito, y a propósito de la crisis generalizada de credibilidad y confianza, algunos sectores de la sociedad se preguntan: ¿Qué va a ser de nosotros si las medidas anunciadas por el gobierno federal para enfrentar la segunda fase de la pandemia del coronavirus no dan los resultados esperados? ¿Qué va a hacer si el plan que dice tener para enfrentar la crisis económica no le funciona? La respuesta es sencilla: refugiarnos en la Morena.¿La de López Obrador? Cuestionan los bisoños. ¡No! En la Morena del Tepeyac, que es la auténtica y legítima esperanza de México. Claro que no siempre nos ha escuchado —algunos dicen que nunca o casi nunca—, y menos en los momentos de pandemia y crisis financieras, pero ¡peor es nada!

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