Las lecciones de Muñoz Ledo, sin shows

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Alejandro Sánchez

Porfirio Muñoz Ledo, de 86 años, se sostiene como la mente lúcida en Morena. Cada que ahondan sus diferencias con el partido hace ver muy mal a sus correligionarios, a los que el fanatismo ciega y deja sin criterios propios para argumentar en debates sin estridencias ni ocurrencias.  

Con sus reflexiones sobre el Estado mexicano, el diputado se consolida como la voz política más importante del país. Desde la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de la actual Legislatura, empezó a advertir sobre los riesgos de ceder desde el Congreso facultades unipersonales al Ejecutivo al margen de la Constitución.

En las últimas 24 horas, previas a la redacción de esta columna, ha metido una serie de razonamientos jurídicos que desinflaron una propuesta, la de autorizar que el inquilino de Palacio Nacional maneje todo el presupuesto de 2020 a su libre albedrío, a raíz de una iniciativa enviada al Congreso desde Palacio Nacional. Y parece que logrará hacer lo mismo con otro tema, el de reducir el presupuesto y aguinaldo de trabajadores al servicio del Estado.

“La secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, me ha reiterado que nadie está obligado a hacerlo. Esa solicitud es ilegal y debe ser denunciada ante la autoridad. Los invito a unir el poder ciudadano contra autoridades corruptas”, escribió en su cuenta de Twitter.

El octogenario ha encontrado en redes sociales un foro que lo mantiene vigente a diferencia, por ejemplo, de otro líder de su talla, Cuauhtémoc Cárdenas, quien ha cambiado la prioridad de seguir debatiendo los asuntos del Estado mexicano por otros asuntos.

De inmediato obtuvo respuesta: “He recibido muchas llamadas de funcionarios y empleados del gobierno preguntando si es obligatorio renunciar a un 25 por ciento de su salario y el aguinaldo. Quienes lo soliciten son ignorantes y abusivos”, escribió. Y se sabe que está asesorando a un grupo importante de trabajadores para defenderse en caso de que sean amenazados para ceder.

La posición que tuvo horas antes cimbró en Morena. Sin estridencias, ni shows ni buscando culpables, Porfirio ilustra los razonamientos jurídicos, basado en principios constitucionales y de las leyes que de ésta emanan. La claridad argumentativa del diputado frenó un intento de invasión al Legislativo desde el Ejecutivo que pretendía controlar el dinero de 2020, con pretexto de la pandemia.

Por eso Porfirio se mostró en contra en una reunión virtual con legisladores de Morena, cuando sus correligionarios, otra vez, ni tardos ni perezosos, se manifestaron listos para sesionar y hacerle un traje a la medida al Ejecutivo. Fue el único que habló fuerte al decir que mientras su partido sea mayoría, se pueden adoptar las reformas mediante un debate público y consulta con gobiernos de los estados, donde hasta los de Morena se sienten abandonados por la Federación para enfrentar la pandemia de COVID-19. Ojalá hubiera muchos Porfirios en el PAN, PRI y PRD. Lo más triste es que tampoco se ven en formación. Se acabaron las escuelas de cuadros basadas en conocimiento puro antes de la ideologización.

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