No es justo

No es justo

Javier Risco

¿Cuáles deberían ser las preocupaciones del personal médico en este momento? Enlistemos algunas: no contagiarse; la saturación en la sala emergencias; la llegada cada vez más constante de pacientes con síntomas graves; la decaída de un enfermo que parecía ir respondiendo al tratamiento; la situación de su familia, sobre todo los que están en la tercera edad; calmar a los pacientes que llevan días sin ver a uno de los suyos; repasar los avances diarios de sus colegas en otras partes del mundo para combatir el virus; dormir un rato para recuperar fuerzas; rezar porque la gente haga caso de la Jornada de Sana Distancia; extrañar a los que quiere. Preocupaciones de una profesión que está viviendo uno de los años más difíciles de los que tiene memoria, esas deberían ser sus preocupaciones, NO llegar a su lugar de trabajo y encontrarse con cubrebocas reciclados, batas quirúrgicas inapropiadas para la pandemia, y promesas no cumplidas de insumos que debieron de haber llegado hace semanas.

De acuerdo con información del Gobierno de la Ciudad de México, esta semana vivirán los hospitales de la capital la saturación más importante por enfermos de Covid-19. Así lo anunciaba desde hace tres semanas, en entrevista radiofónica con W Radio, el titular de la Agencia Digital de la CDMX, el dr. José Merino; adelantaba que, de acuerdo con sus estimaciones, la última semana de mayo se daría el pico en el porcentaje de ocupación hospitalaria en la Ciudad de México y la próxima semana sería el máximo de camas con respirador, ocupadas por pacientes. La semana pasada la propia jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, repitió estas estimaciones en varias entrevistas. El panorama más complicado lo estamos viviendo hoy, y justo en esta etapa crítica el hospital más importante de enfermedades respiratorias a nivel nacional está en crisis. Ayer, decenas de médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias protestaron afuera de su lugar de trabajo para DEMANDAR equipos de protección personal para atención de pacientes. Las médicas, enfermeros, trabajadores de limpieza, administrativos, bloquearon ambos carriles de Calzada de Tlalpan y sólo dejaron pasar a ambulancias.

“¡No me quiero contagiar!”

“¡No soy reciclable, soy personal de salud!”

“¡Queremos protección, no a la reutilización!”

¿Por qué cada noche desde Palacio Nacional se dice que el gobierno federal está haciendo un buen trabajo, que no se está dejando solo al personal médico? ¿Quién podría dudar de esta protesta legítima del personal de salud? ¿Qué tiene que estar haciendo un médico o una enfermera a mediodía suplicando un cubrebocas nuevo? No sólo es grave el hecho, sino que, si esto sucede en el hospital más importante para tratar pacientes con Covid-19, qué esperanza existe en un hospital alejado del centro que ni siquiera está especializado en enfermedades respiratorias.

Presumen con sus datos tener el número de camas suficiente para tratar a los pacientes, pero olvidan el detalle de proteger a los que atienden a esos enfermos. Es desolador ver a enfermeros y enfermeras sosteniendo una cartulina exigiendo lo básico, nada más. La situación es tan crítica que los trabajadores de salud han amagado con otro bloqueo el próximo lunes 1 de junio; seguirá la etapa más difícil y ellos creen que seguirán igual. Es falso que estemos saliendo de la pandemia, que regresemos todos, la próxima semana, a una “normalidad”, seguiremos recluidos y superados, y nuestros médicos seguirán igual de desesperados.

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