Este martes 15 de septiembre se llevará a cabo la rifa del avión presidencial, misma que en realidad no sortea la aeronave. Desde hace meses comenzó la venta de chachitos para este sorteo. Sin embargo, solo se han vendido el equivalente a 69 por ciento de los mismos.
Se trata de un total de 4 mil 179 cachitos, lo que equivale a 2 mil 89 millones de pesos. Cabe recordar que se entregarán premios por 2 mil millones de pesos, así que de la rifa solo se han conseguido 89 millones de ganancia.
Los boletos que no se vendan, serán entregados al Instituto de Salud para el Bienestar. En caso de que alguno resulte ganador, se le entregará el equivalente al premio para que dirija los recursos a donde decida.
Por ejemplo, la semana pasada el Insabi compró y donó 15 mil 765 boletos del sorteo del avión presidencial a la Secretaría de Salud de Tabasco. Víctor Manuel Lamoyi, titular de la Coordinación Nacional de Administración y Finanzas del Insabi dijo que se repartirán 1,051 boletos entre los hospitales públicos del estado, incluyendo unidades del IMSS, ISSSTE, ISSET, Secretaría de Salud, Marina, Defensa Nacional y Pemex.
La farsa de la rifa
Según consigna el diario El País, “a los hospitales les conviene más que les den el dinero en la mano que en boletos de lotería”. En una entrevista que realizó al matemático Raúl Rojas, Premio Nacional de Ciencias y Artes, dijo que la probabilidad de ganar es de una en 60 mil. Haciendo los cálculos, el máximo de premios que podrían obtener es de 320 millones de pesos.
Además de la entrega en hospitales, funcionarios han sido obligados a comprar un determinado número de boletos del avión presidencial. De la misma manera, organizaciones han desviado recursos para comprar los cachitos.
Es el caso del sindicato minero, de Napoleón Gómez Urrutia, compró una cantidad no determinada de boletos y los regalo entre sus afiliados.
