El primero de enero de 2020, México amaneció con una cruda terrible. El año anterior había frenado su crecimiento y cerró el año con una caída de -0.1 por ciento. Lejos había quedado la promesa de crecer un cuatro por ciento anual.
En 2019 no sólo no se cumplió esa promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador, sino que se registró el peor retroceso en una década.
La economía no marchaba bien, pero en 2019 se estancó y presentó número negativos por primera vez desde 2009, cuando se registró una caída debido a la crisis internacional. En esta ocasión, no hubo una crisis que provocara el estancamiento de la economía.
El presidente cambió su discurso en 2019. Dejó de presumir que habría un crecimiento económico y comenzó a hablar de la redistribución de la riqueza. Sin embargo, cuando la economía crece, los ciudadanos pueden consumir más y tener más beneficios. Es cierto que se necesita que el crecimiento sea redistributivo, pero no es lo mismo repartir un pastel entre 10, que dos pasteles entre esa misma cantidad de personas.
Empleo, la pandemia nos retrocedió un año
Durante el 2019 la creación del empleo tuvo un freno. De crearse 660 mil puestos de trabajo en 2018, se crearon solo 342 mil. Casi un 50 por ciento menos. Se trató de la peor cifra desde 2013, cuando se crearon 463 mil. Muy lejos del récord máximo que fue en 2017 de 801 mil empleos nuevos.
Sin embargo, lo peor estaba apenas por llegar. La pandemia de covid-19 provocó el cierre de miles de negocios y asi vez, esto provocó el despido de un millón de personas de sus empleos formales. La gente que se dedicaba a la informalidad también perdió su fuente de ingresos. Según datos del Inegi, hasta 12 millones de personas dejaron de trabajar. Una cifra nunca antes vista.
La recuperación del empleo ha sido lenta y para diciembre se espera haya miles de despidos, por lo que podríamos terminar el año con cifras aún peores.
