Crece el número de homicidios ante la ausencia del Estado de derecho y el fracaso de la estrategia de seguridad militarizada
México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) presentó la quinta entrega de su Atlas de Homicidios, con la edición “México 2022. Una crisis que no cesa”, un informe que revela los impactos diferenciados de la violencia letal registrada en el país, con base en los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y ofrece un análisis comparativo del fenómeno de la violencia letal durante los primeros 4 años de los últimos tres sexenios a nivel federal.
En 2022 hubo 31,895 víctimas de homicidio en el territorio mexicano, de las que 27,618 son hombres, 3,769 mujeres y 508 de sexo no identificado. Esta cantidad de personas asesinadas refleja la permanencia de una grave crisis de violencia e inseguridad sostenida a lo largo de los últimos 13 años, pues desde 2010, México no registra cifras menores a 20 mil homicidios al año. Tan sólo en los últimos 6 años, la cifra no disminuye de treinta mil homicidios anuales.
El análisis destaca hallazgos importantes con el objetivo de impulsar discusiones, iniciativas y propuestas que abonen a la atención de esta problemática y, con ello, a la pacificación del país.
México sabemos cada vez menos cuando se asesina a las personas; dónde ocurrieron los homicidios y con qué medios fueron perpetrados.
En primera instancia, preocupa que la información disponible sobre homicidios a nivel nacional se ha ido reduciendo con el paso de los años pues el gobierno desde 2016, han aumentado los casos para los que las autoridades ignoran el lugar de ocurrencia de los homicidios: de un 11% a un 22% del total de las víctimas. Tan sólo en 2022, de las 31,895 víctimas, la autoridad no informó dónde sucedió el homicidio en 7,156 casos, lo que representa un aumento del +3% en comparación con 2021.
También desde 2016 ha disminuido la información disponible sobre el medio con el que se cometió la agresión, pasando de 11% casos para los que no se especificó en 2016 a 13% casos en 2022. Sólo para el año 2022, este dato se ignoró para 3,997 víctimas, lo que representó 3% más que en 2021.
Además, en los últimos tres sexenios ha aumentado la cantidad de víctimas de las que se ignora la presunción para las muertes accidentales y violentas -es decir: si dichas muertes fueron un homicidio, suicidio, intervención legal y de guerra o accidentales-,categoría que pasó de tener un total de 11,828 víctimas con Felipe Calderón, a 17,195 con Peña Nieto y 23,689 con López Obrador.
El sexo de las víctimas es otra información que cada vez ha sido menos especificada desde 2017, al pasar de registrar 70 víctimas con sexo no especificado a 508 en 2022, este último dato representa el máximo histórico de víctimas de homicidio catalogadas con sexo “no especificado”, es decir, ¡el número más alto desde 1990! y un 34% en comparación con 2021. En particular, Guanajuato (234 casos) y Baja California (102 casos) concentraron el 66% de las víctimas catalogadas así.
Además, las autoridades omiten llenar y aclarar algunas categorías del registro de homicidios, lo que nos impide contar con información detallada del fenómeno. Aunque la base de datos del INEGI cuenta con los campos necesarios para detallar las características de los homicidios, éstos no son llenados. Tal es el caso del registro de la causa de defunción, en la que se puede especificar el tipo de arma de fuego con el que se cometió la agresión (corta, larga, escopeta, etc.) que, en ninguno de los tres sexenios analizados, se llenó en más de un 3% de las víctimas asesinadas con un arma de fuego.
Igualmente, es necesario clarificar el sentido de la categoría “muertes por acciones legales o de guerra” ya que no ofrece detalles sobre el tipo de hechos que describe y porque, sin importar el sexenio analizado, su uso siempre se concentra en una sola entidad: Tamaulipas.
Entre los hallazgos destacados del Atlas de Homicidios 2022 se encuentran que: los homicidios contra mujeres cometidos con armas de fuego han aumentado a lo largo de los últimos tres sexenios, pasando de 44% con Felipe Calderón Hinojosa a 58% con Andrés Manuel López Obrador; que las entidades que concentraron mayor número de homicidios dolosos en estos tres sexenios fueron Baja California, Chihuahua y Estado de México y que la vía pública se mantiene como el principal lugar donde se cometieron los homicidios, mientras que las armas de fuego fueron el instrumento principal para ello.
Ante las próximas elecciones, MUCD llama a la construcción de una estrategia de seguridad
La falta de registros vitales, como el sexo, el lugar de ocurrencia y el medio de la agresión, dificulta el análisis preciso de la problemática para la creación e implementación de medidas preventivas efectivas por lo que, en el marco del inicio de campañas electorales para distintos puestos de gobierno, se hace un llamado a las personas candidatas a puestos públicos, organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía a poner el centro de nuestras agendas el poner fin a la crisis de la violencia homicida y escuchar nuestras recomendaciones de política pública para impulsar acciones efectivas que protejan a la ciudadanía y promuevan alternativas orientadas a mitigar la violencia y combatir la crisis de inseguridad que se vive en todo el país.
El Atlas de Homicidios puede consultarse y descargarse en: www.mucd.org.mx/atlas-de-homicidios-mexico/