Falta de Medicamentos en la “farmaciototota” del Bienestar: Un reto para la salud pública en México
A un mes de su “inicio de operaciones”, la Megafarmacia del Bienestar, un ambicioso proyecto del gobierno federal mexicano para combatir la escasez crónica de medicamentos en el país, ha comenzado sus operaciones en Huehuetoca, Estado de México, con una alarmante carencia de suministros.
Pese a tener una capacidad de almacenamiento estimada en 280 millones de piezas, la realidad es que este “gigantesco” centro farmacéutico opera con tan solo 2 millones 465 mil 975 piezas, lo que se traduce en menos del 1% de su capacidad potencial. Esta información, obtenida mediante una solicitud de transparencia realizada por EL UNIVERSAL, arroja luz sobre los desafíos que enfrenta el sistema de salud mexicano.
El presidente Andrés Manuel López Obrador había calificado a la Megafarmacia como “la farmacia más grande del mundo”, prometiendo poner fin al problema del desabasto en México. Sin embargo, los datos revelados por Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex) indican que el inicio de las operaciones de la farmacia está muy lejos de cumplir con estas expectativas. Con un inventario valorado en 119 millones de pesos, la Megafarmacia contrasta significativamente con la inversión gubernamental de 196 mil millones de pesos destinados a la compra de medicamentos para el bienio 2023-2024.
Desde su apertura el 29 de diciembre de 2023, el rendimiento de la Megafarmacia ha sido modesto. En los primeros 21 días de operación, la farmacia ha surtido únicamente 67 recetas, mientras que ha rechazado más de 4 mil llamadas por falta de requisitos necesarios, como recetas médicas válidas o el Código Único de Registro de Población (CURP). Esta situación ha provocado descontento y preocupación entre los pacientes, especialmente aquellos que requieren medicamentos controlados, los cuales han sido particularmente difíciles de obtener.
Incremento notable en el número de recetas no surtidas
La gestión de la Megafarmacia se basa en el stock de medicamentos proporcionado por instituciones de salud como el IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar. Este modelo ha generado críticas sobre la efectividad del sistema, ya que implica un proceso de solicitud a estas instituciones, que puede extenderse varias horas, para obtener medicamentos que originalmente no estaban disponibles.
Este problema de desabasto no es exclusivo de la actual administración. Sin embargo, las estadísticas indican un incremento notable en el número de recetas no surtidas. Entre 2019 y 2022, el gobierno federal dejó de surtir 42.7 millones de recetas, una cifra considerablemente alta en comparación con el 0.44% de recetas no surtidas durante el último año de la administración de Enrique Peña Nieto.
La situación de la Megafarmacia del Bienestar subraya los desafíos persistentes en el sistema de salud mexicano. La garantía de un suministro adecuado y oportuno de medicamentos es fundamental para la salud pública, y la escasez actual plantea serias preguntas sobre las estrategias y políticas que deben adoptarse para abordar efectivamente esta crisis en el sector farmacéutico. La promesa de resolver el desabasto de medicamentos en México continúa siendo un objetivo esencial, y la efectividad de la Megafarmacia en los próximos meses será un indicador clave del progreso hacia este fin.
“Ocurrencias de última hora” en la salud pública al final del sexenio
En entrevista con Joaquín López-Dóriga, el reconocido experto en salud pública, Julio Frenk, lanzó una crítica contundente hacia las políticas de salud implementadas en la recta final del actual sexenio, refiriéndose específicamente a proyectos ambiciosos como la Megafarmacia como “ocurrencias” que no contribuyen a la mejora del sistema de salud del país. Según Frenk, tales iniciativas, lejos de representar soluciones viables, podrían desviar atención y recursos de estrategias más efectivas para enfrentar los retos sanitarios de México.
El también ex secretario de salud del gobierno federal, quien cuenta con una vasta trayectoria en el ámbito de la salud global, expresó su escepticismo respecto a las comparaciones optimistas entre el sistema de salud mexicano y modelos de éxito reconocidos a nivel internacional, como el de Dinamarca. “No podemos ser mejores que Dinamarca en salud, pues eso no cambia por decreto presidencial”, afirmó, subrayando la complejidad de los sistemas de salud y la necesidad de reformas profundas y basadas en evidencia para lograr mejoras significativas.
Julio Frenk puso especial énfasis en la Megafarmacia, criticando la implementación de este proyecto como una de las “ocurrencias” de última hora del gobierno. Frenk argumentó que, aunque la intención detrás de la Megafarmacia podría ser mejorar el acceso a los medicamentos en todo México, la realidad es que el éxito de un sistema de salud no se logra con soluciones simplistas o proyectos aislados.
La Megafarmacia, con su propuesta de ser un centro masivo de almacenamiento y distribución de medicamentos, fue presentada como una solución al desabasto. Sin embargo, Frenk enfatizó que sin una infraestructura adecuada, una gestión eficiente, y una política de salud pública bien estructurada que garantice la calidad y la continuidad en el suministro de medicamentos, proyectos como la Megafarmacia podrían no cumplir con las expectativas.
Además, señaló que la mejora del sistema de salud y el aumento de la esperanza de vida son resultados de procesos complejos que involucran mejoras en la atención médica, la prevención de enfermedades, y el acceso universal a servicios de salud de calidad. La referencia a la Megafarmacia en la entrevista sirvió para ilustrar su punto de vista de que sin un enfoque holístico y coordinado, incluso las iniciativas más ambiciosas pueden fallar en hacer una diferencia significativa en la salud pública.