Expertos alertan sobre la “normalización” del consumo excesivo de alcohol en México: Red de Acción Sobre Alcohol (RASA)
En México, una preocupante tendencia al alza en el consumo excesivo de alcohol está cobrando un precio devastador, con más de 40,000 muertes anuales atribuidas a esta causa, superando incluso las cifras de asesinatos vinculados al crimen organizado.
Esta alarmante estadística fue uno de los temas centrales discutidos en el primer Conversatorio sobre Alcoholismo y Violencia, organizado por la Red de Acción Sobre Alcohol (RASA) y la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde expertos destacaron la “normalización” de este consumo excesivo como una de las principales amenazas para la salud pública en el país.
La violencia doméstica, estrechamente vinculada al abuso del alcohol, se presenta en cifras igualmente alarmantes, con un 48% de los hombres que ejercen violencia hacia su pareja estando bajo el influjo del alcohol en el momento de los hechos. Este dato subraya el papel del alcohol no solo como un problema de salud individual, sino también como un factor generador de violencia y sufrimiento en el ámbito familiar.
Más allá de la violencia física
Los daños que el alcohol causa van más allá de la violencia física. Los expertos reunidos en el foro advirtieron sobre los profundos efectos del alcohol en la salud mental, señalando que el consumo de esta sustancia duplica el riesgo de desarrollar trastornos depresivos y de ansiedad, mientras que la dependencia del alcohol cuadruplica dicho riesgo. Estos impactos se agravan por la tendencia a iniciar el consumo a edades cada vez más tempranas, con la publicidad y la disponibilidad del alcohol alrededor de centros escolares contribuyendo a este preocupante fenómeno.
La relación del alcohol con otras sustancias psicoactivas fue otro tema de discusión. Se reconoció que el 45% de las personas con problemas de drogas comenzaron su camino hacia la adicción a través del alcohol, lo que destaca su papel como “puerta de entrada” al mundo de las sustancias ilegales. Además, se señaló la influencia del alcohol en la perpetuación de la violencia de género y familiar, creando un círculo vicioso de abuso que se transmite de generación en generación.
Entorno social permisivo
La normalización del consumo excesivo de alcohol es vista como una de las principales barreras para abordar este problema. La publicidad agresiva y la facilidad de acceso al alcohol se combinan para fomentar su consumo, mientras que la falta de reconocimiento del alcohol como una droga peligrosa minimiza la percepción del riesgo asociado a su abuso. Este entorno social permisivo hacia el alcohol complica aún más los esfuerzos para luchar contra su impacto destructivo.
Frente a este sombrío panorama, los expertos en el foro propusieron una serie de intervenciones para combatir el consumo problemático de alcohol. Entre ellas, la creación de espacios de socialización libres de alcohol, el fomento de una crianza positiva desde edades tempranas, y el desarrollo de habilidades para enfrentar los estresores de la vida. También se destacó la necesidad de contrarrestar las estrategias de marketing de la industria del alcohol, especialmente aquellas dirigidas a atraer a los jóvenes y a las mujeres con productos diseñados para seducirlos.
La crisis del alcoholismo en México requiere una respuesta multifacética y comprometida. La información presentada en el Conversatorio sobre Alcoholismo y Violencia subraya la urgencia de abordar este problema desde múltiples frentes, incluyendo la educación, la regulación y el apoyo a las personas afectadas. Solo a través de un esfuerzo conjunto será posible mitigar el impacto devastador del alcohol en la sociedad mexicana y avanzar hacia un futuro más saludable y seguro para todas y todos.