Los candidatos a la Presidencia y nueve gubernaturas muestran un profundo desinterés en resolver los problemas de seguridad y justicia, según un reciente estudio del Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC). Este desinterés se manifiesta en la ausencia de propuestas concretas y una participación mínima en iniciativas que buscan abordar estos graves problemas nacionales.
Observatorio Nacional Ciudadano acusa desdén
El informe del ONC revela que, en un momento donde México enfrenta niveles sin precedentes de violencia e inseguridad, se esperaría un compromiso decidido de los candidatos para presentar soluciones tangibles y bien estructuradas. Sin embargo, solo el 15% de los candidatos presentaron propuestas completas en materia de seguridad y justicia, un porcentaje alarmantemente bajo que pone en duda su capacidad y voluntad para abordar las preocupaciones más apremiantes de los ciudadanos.
Según Francisco Rivas, director del ONC, incluso cuando el país atraviesa el sexenio más violento de su historia, muchos candidatos optan por ignorar la magnitud de la crisis. Esta falta de propuestas robustas muestra una desconexión preocupante entre las promesas de campaña y las necesidades reales de la población.
El proyecto Por Un México Seguro (PUMS), una iniciativa diseñada para evaluar y promover propuestas de seguridad de los candidatos, ha destacado esta indiferencia. A pesar de ser una plataforma ideal para que los candidatos demuestren su compromiso con la seguridad nacional, la participación ha sido mínima y, en muchos casos, superficial.
La mayoría de las propuestas revisadas carecen de profundidad y claridad, lo que sugiere una tendencia de los partidos políticos a tratar la seguridad más como un tema de campaña que como una crisis real que necesita soluciones inmediatas y efectivas.
Crítica a la gestión actual y falta de propuestas innovadoras
Francisco Rivas critica duramente la gestión de seguridad del gobierno actual, calificándola como la más violenta de la historia. Contrariamente a las declaraciones optimistas del presidente López, la violencia ha aumentado significativamente, algo que debería haber motivado a los candidatos a ofrecer alternativas sólidas. Sin embargo, las propuestas de seguridad que se presentan son típicamente vagas y no abordan problemas críticos como el tráfico de fentanilo o la crisis forense. La continua promesa de fortalecer las policías sin un plan claro para implementar mejoras sustanciales revela una falta de estrategia y seriedad.
A medida que las elecciones se acercan, el ONC ha observado que las propuestas de seguridad están relegadas a un segundo o tercer plano, desplazadas por agendas políticas más populistas pero menos urgentes.
Este relegamiento no solo es un reflejo de la falta de seriedad de los candidatos, sino también una indicación de que el sistema de partidos políticos sigue en deuda con las expectativas y necesidades de los ciudadanos. La situación es tan crítica que incluso las propuestas existentes parecen desconectar completamente de la realidad del país, no abordando los aspectos más desafiantes y urgentes de la crisis de seguridad.
Un rayo de esperanza en el panorama político
No todo el panorama es desalentador. Francisco Rivas hace una mención especial a cinco candidatos, todos de oposición: Santiago Taboada, candidato al gobierno de la CDMX por la alianza “Va por la CDMX”; Olga Luz Espinoza, candidata a la gubernatura de Chiapas por la coalición Fuerza y Corazón por Chiapas; Libia García, candidata a la gubernatura por la coalición Fuerza y Corazón por Guanajuato; Jessica Ortega, candidata al gobierno de Morelos por Movimiento Ciudadano, y Renán Alberto Barrera, candidato de la alianza PAN-PRI-Nueva Alianza para el gobierno de Yucatán, quienes han mostrado una apertura y un compromiso encomiables con la seguridad y la justicia.
Estos candidatos han participado activamente en el proyecto Por un México Seguro, presentando propuestas detalladas y recibiendo retroalimentación del ONC. Su participación no solo demuestra una preocupación genuina por los problemas de seguridad, sino también una voluntad de dialogar y mejorar sus propuestas a través de la crítica constructiva y el diálogo abierto.
Aunque representan solo una pequeña fracción del total de candidatos, sus esfuerzos proporcionan un modelo de cómo los futuros líderes podrían abordar los problemas de seguridad y justicia de manera más efectiva. Su disposición para contrastar ideas y considerar críticas constructivas podría ser la clave para comenzar a resolver la crisis de seguridad en México. Estos ejemplos de liderazgo responsable y dedicado son lo que el país necesita desesperadamente en estos tiempos turbulentos.