Por Gabriela Rivera
@gabs_07
Mientras Tabasco padece inundaciones severas y se registran lluvias fuera de la temporada —en parte por el calentamiento global—, la administración de Andrés Manuel López Obrador insiste en apostar por carbón, petróleo y gas, energías altamente contaminantes.
En lo que va de la administración se han destinado poco más de 17 mil millones de de pesos a dos proyectos de fracking (o fracturación hidráulica de suelo rocoso). Y para el próximo año se espera que se inviertan otros 4 mil 596 millones de pesos en ellos.
En el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 se estipulan más de cuatro mil 593 millones de pesos recursos para el proyecto Aceite Terciario del Golfo, se realiza en los campos de Veracruz y Puebla; y otros 2.4 millones de pesos más para Aceite y Gas en Lutitas, para extraer hidrocarburos en Tamaulipas, Veracruz y Chihuahua.
De aprobarse este presupuesto, la administración de López Obrador habrá destinado 22 mil millones de pesos al fracking, cifra tres veces más alta que lo que otorgó Enrique Peña Nieto en sus últimos dos años de gobierno.
La técnica de extracción de hidrocarburos por fractura hidráulica es controversial en todo el mundo, ya que para obtener gas, aceite y otras sustancias se contaminan los mantos acuíferos cercanos y se emiten grandes cantidades de gas metano.
“Cabe recordar que, además de ser una técnica de extracción de hidrocarburos con fuertes afectaciones ambientales y sociales negativas, supone también un mayor impacto sobre el cambio climático debido a la intensidad energética necesaria para su uso, así como a las fugas de gases de efecto invernadero que conlleva”, expuso la organización GreenPeace en un comunicado emitido en octubre pasado.
En ocasiones anteriores, el presidente López Obrador se ha manifestado en contra de la técnica de fracking por las grandes cantidades de agua que se requieren y que ya no se puede reutilizar.
El compromiso 75 del documento que firmó en 2018, cuando fue electo presidente, señala claramente que en su administración no se permitirá el uso de fracking para extraer hidrocarburos, ya que dañan el medio ambiente, como él mismo dijo en alguna ocasión.
Incluso, el mandatario aseguró que no se permitirán más proyectos energéticos que dañen el medio ambiente. En marzo de este año, durante una visita a Oaxaca, arremetió contra los proyectos de molinos de viento que hay en la zona de La Rumorosa.
“Nunca más (habrá) permisos para afectar el medio ambiente, para la contaminación visual (…) hay que respetar”, dijo el mandatario durante ese viaje.
Esa declaración fue el primer encontronazo con la iniciativa privada dedicada a energías limpias; desde entonces, los decretos y la política en materia energética se ha dedicado a beneficiar a las paraestatales Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para seguir usando hidrocarburos y energías no renovables.
Los recursos destinados al fracking demuestran que además se apuesta por métodos aun mas contaminantes y que incluso han sido prohibidos en otras naciones, por los altos niveles de contaminación que generan.
“Además, implica la intención de seguir explotando hidrocarburos en el largo plazo, una opción inviable a la luz de la emergencia climática y los compromisos del gobierno mexicano en el marco del Acuerdo de París y de la legislación nacional en la materia”, puntualizó GreenPeace.