Mientras las cifras de personas contagiadas de coronavirus sigue subiendo todos los días, el número de personas diagnosticadas con diabetes, obesidad e hipertensión va a la baja: en lo que va del año al menos 45% de la población se ha quedado sin un diagnóstico de enfermedades crónico no transmisibles.
Hasta este sábado, la Secretaría de Salud había reportado un millón 110, 6683 casos positivos de COVID-19 y 105,459 por defunciones por esta razón. Y si bien el virus tiene en jaque a todos los sistemas de salud, la realidad es que hay otras enfermedades que no están siendo atendidas y que podrían causar problemas en un futuro.
En los últimos meses se habló que la diabetes, los problemas cardiacos, la hipertensión y otros problemas crónicos que padecemos los mexicanos son co morbilidades que contribuyen a que el virus afecte más a los pacientes y tengan más probabilidades de morir.
Sin embargo, las personas no están siendo diagnosticadas adecuadamente por los servicios de salud en estos tiempos de pandemia.
De acuerdo con el último Boletín Epidemiológico de la semana 46, emitido por la dependencia, se han diagnosticado muchos menos casos de estos padecimientos, que en comparación con el 2019:
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, advirtió que la diabetes y la obesidad son dos factores de riegos inminente para la población, y lamentable siete de cada 10 adultos tienen problemas con su peso, mientras que uno de cada 10 tiene diabetes diagnosticada, y existen al menos otros dos mexicanos con esta enfermedad que no han sido tratados.
Pese a estas cifras, el reporte epidemiológico señalan que el diagnóstico de obesidad cayó 45% en comparación con la cifra de 2019, mientras que el diabetes se redujo 28% respecto al mismo lapso del año pasado.
La hipertensión, que es otra de las enfermedades más comunes entre los ciudadanos, también tuvo una reducción de diagnóstico, por lo que hay 104 mil 438 personas menos que no saben con certeza si tienen algún problema de presión arterial que pueda poner en riesgo su salud.
La población dejó de acudir a las citas de salud ante el miedo de contagiarse de COVID-19, pero también las clínicas y los centros de salud pidieron a la población no salir si no era necesario. Guadalupe Ramírez, de 68 años y con diabetes, estuvo dos meses insulina porque no podía y no quería salir al hospital del IMSS a recoger sus dosis.
“Cuando por fin me animé a ir, me dijeron que qué bueno que no había ido porque los contagios estuvieron muy duros esos meses y el médico me dio insulina para cuatro meses con tal de no tener que salir”, cuenta la mujer.
A su amiga Rosita tardaron en diagnosticarle la diabetes por la misma razón. Aunque ella ya suponía que estaba enferma, no había querido ir por el mismo miedo, pero el día que le subió el azúcar a más de 300 mg en la sangre, su hija la llevó de emergencia a la clínica, donde el médico le llamó la atención.
“Nos regañó por no haber ido a los primeros síntomas, pero la verdad es que mi mamá no había querido salir porque, para venir al doctor, tenemos que tomar dos micros, y le daba mucho miedo contagiarse”, explica Estefanía, la hija de Rosita.
El médico entendió el temor de Rosita y le pidió apegarse al tratamiento para evitar otra crisis como la anterior, ya que de repetirse tendrían que internarla y eso la ponía en más riesgo.
Ante el manejo que se ha hecho, tanto de la crisis por COVID-19 como del sistema de salud en general, distintos grupos políticos y médicos ya denunciaron penalmente al subsecretario López-Gatell.
Si bien las denuncias han sido por las más de 100 mil muertes que ha ocasionado el coronavirus, lo cierto es que el descuido de las enfermedades crónicas podría ocasionar otras miles de muertes más y seguir complicando a las personas que se contagien de coronavirus en los siguientes meses.