La nueva secretaria deberá generar confianza entre la iniciativa privada, destacó la organización México
7. Diversificar las inversiones en materia energética.
En la actualidad, el mundo se está volcando sobre una amplia cartera de proyectos de energías renovables. En estrecha colaboración con la Secretaría de Energía, es inminente revisar la estrategia para la soberanía energética, que debiera incluir la inversión en fuentes alternativas de energía y no apostarle primordialmente al petróleo.
6. Reafirmar vínculos comerciales con EUA y el mundo, sobre la base de tratados que fomenten el desarrollo y la competitividad.
En el contexto del cambio de administración en EUA y de la reciente entrada en vigor del T-MEC, México debe enfocarse en retomar relaciones diplomáticas dinámicas, no sólo con EUA sino también con socios comerciales en Europa y Asia, a efecto de impulsar nuestras exportaciones y asegurar mayores estándares en beneficio de las y los trabajadores mexicanos.
5. Fortalecer la demanda interna.
Fortalecer la demanda interna del país requiere de políticas que impulsen la recuperación de los ingresos de la población, y que en consecuencia se reflejen en el consumo interno. La integración de México en las cadenas productivas de América del Norte es un factor de enorme importancia para la recuperación, pero no podemos depender únicamente del impulso que la demanda externa proporciona a nuestras exportaciones, que si bien crecieron 76% entre mayo y junio, se ralentizó en meses posteriores.
4. Detonar la creación de empleo formal y el crecimiento de todas las unidades económicas.
A pesar del rebote en la actividad económica, persiste una pérdida de 2.8 millones de empleos (3T2020) respecto a los que había previo a la pandemia. La nueva normalidad es una excelente oportunidad para repensar las relaciones laborales y las condiciones de seguridad social. Es inminente contar con un marco jurídico sólido, flexible e integrado, que garantice el acceso de las y los trabajadores a la seguridad social, que fomente el crecimiento de los negocios, que garantice la integridad de las empresas de todos los tamaños y fomente su competitividad.
3. Fortalecer a MiPyMEs a través de mayor seguridad y mayores apoyos.
Entre mayo 2019 y septiembre 2020, más de un millón de negocios han cerrado de manera definitiva (INEGI); muchas de las cuales como consecuencia de la pandemia, otras por razones como la extorsión y la inseguridad. El diseño de medidas que apoyen a las micro, pequeñas y medianas empresas e incentiven el emprendimiento en coordinación con las autoridades locales debe ser uno de los principales mecanismos que detonen la productividad de todas las empresas, pero particularmente de las MiPyMEs, que representan 99% de las empresas y emplean a 47.5% de la población ocupada en México.
2. Enfocar los esfuerzos de gasto para la reactivación económica.
El ejercicio del gasto debe adaptarse a las condiciones actuales y ser una red contracíclica en periodos de recesión. México ha destinado menos del 1% del PIB a su paquete de reactivación económica, en contraste con las políticas implementadas por países con niveles de desarrollo similares, tales como Sudáfrica (9.6% del PIB) o Turquía (13.8% del PIB).
1. Replantear el diálogo y la colaboración con la iniciativa privada.
La inversión privada –tanto doméstica como extranjera– es esencial para la recuperación económica. Al cierre de septiembre de 2020, la debilidad en la inversión fija bruta persiste, con un nivel -18% menor al de septiembre 2019 y registra la vigésima caída mensual consecutiva. Además, la inversión extranjera directa en México en los primeros nueve meses de 2020 registró su peor nivel, sólo por encima de la cifra registrada en el tercer trimestre de 2009.