Retrasos en estudios y cirugías, saturación del personal de salud, falta de medicinas y prioridad solo a los casos de COVID-19 son factores que conforman la otra cara de la moneda en la atención sanitaria desde que inició la pandemia.
La prioridad era el COVID-19
Desde que inició la pandemia en el país, la atención de pacientes con otras enfermedades quedó relegada a un segundo término, sin importar la gravedad de sus casos. Según un reporte de Animal Político, los hospitales COVID están retomando poco a poco los servicios regulares; sin embargo, lo hacen en medio de la burocracia, el retraso de cirugías y tratamientos que se pospusieron, la necesaria priorización de atender los casos más urgentes primero y la falta constante de medicinas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la interrupción de los servicios regulares de salud y la desatención de los pacientes no COVID fue un fenómeno registrado a nivel mundial. En un informe de 105 países publicado en agosto del año pasado, el organismo indicó que 9 de cada 10 naciones sufrieron interrupciones en sus servicios. Por ejemplo, el 69% interrumpió los servicios de diagnóstico y tratamiento de enfermedades no transmisibles.
Los testimonios
Animal Político dio a conocer el testimonio de familiares de personas que han vivido los retrasos y complicaciones en la atención de sus enfermedades. Uno de ellos es el de Celia, quien informó que a su hijo le “ajustaron” el diagnóstico de su padecimiento por no contar con los medicamentos para atenderlo. Cuando no pudo ponerse en pie en su trabajo, después de estar hincado, lo tuvieron que llevar al hospital, donde le dijeron que tenía una enfermedad llamada Guillain-Barré.
Cuando nos dijeron que era Guillain-Barré, nos explicaron que le iban a poner un medicamento durante seis días. Solo se lo pusieron dos días. Una doctora nos dijo que ya no había medicamento para ponerle porque era muy caro. Cuando alegamos, nos empezaron a cambiar el diagnóstico, que además del Guillain-Barré también tenía esclerosis múltiple y después que no, que solo esclerosis. Nos quedó la duda de por qué el cambio”, narró la mujer.
Animal Político
Otro caso es el de la señora María, de 58 años, quien necesita una operación después de descubrir un bulto entre su cuello y espalda. Las citas para hacerse los estudios que requiere la cirugía con la que sabrá si lo que tiene es benigno o no, estaban disponibles hasta junio y tuvo que pagarlos a bajo costo (349 pesos) en una clínica de la alcaldía Venustiano Carranza, con una tarjeta del gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, los médicos le informaron que no la operarían porque tienen una larga fila de operaciones más urgentes que la suya, de pacientes con apendicitis y enfermedades de la vesícula, por ejemplo.
Con información de Animal Político