Además, el sector más rico del país (solo el 10% de la población) concentra el 59% del total de ingresos nacionales, lo que posiciona a México como uno de los países con mayor desigualdad en América Latina.
Atrapados en la desigualdad
Según la información de las Naciones Unidas, América Latina vive atrapada en una “trampa de desarrollo”, envuelta en una arraigada desigualdad y escaso crecimiento que le impiden superar la pobreza; a estos factores se sumó la pandemia de COVID-19, la cual detuvo todos los avances sociales y económicos que se habían conseguido en los últimos años.
A pesar de décadas de progreso, la región sigue siendo la segunda más desigual del mundo, y la desigualdad del ingreso en los países de ALC (América Latina y el Caribe) es mayor que los de otras regiones con niveles similares de desarrollo. La desigualdad, como la pobreza, es multidimensional y va más allá de los ingresos”, señaló el PNUD.
En la región, México, Chile y Brasil son los países con mayores niveles de desigualdad. Así lo muestra el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021, presentado este martes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). “Entre los países de América Latina analizados, Chile, México y Brasil tienen la mayor concentración de ingresos: el 10% más alto captó más del 57% de los ingresos nacionales y el 1% más alto, más del 28%, en 2019. La concentración del ingreso en estos países es persistentemente alta o aumenta en el tiempo”, señala el PNUD.
Riqueza en manos de unos pocos
Según el informe del PNUD, 50 empresas que operan en el país concentran el 40% del PIB. Además, en las zonas urbanas las familias más pobres sufrieron una pérdida de bienestar “debido al poder de monopolio en los mercados de bienes esenciales —tortillas de maíz, carnes procesadas, pollo, huevos, leche y otros— son un 19.8% superiores a las de los hogares más ricos”.
“La concentración de poder en manos de unos pocos que defienden el interés privado en lugar del bien común es uno de los factores que conectan la alta desigualdad y el bajo crecimiento, ya que a menudo resulta en políticas distorsionadas, miopes e ineficientes, y en instituciones débiles”, señala el informe.
Con información de Naciones Unidas, El Economista y Proceso