Este domingo, pueblos mayas de San Fernando, Kinchil y Celestún en Yucatán, participaron en un proceso consultivo sobre las megagranjas de cerdos, donde las votaciones estuvieron por demás cerradas, bajo denuncias de presiones por parte del sector privado.
Pese al acompañamiento de observadores de derechos humanos, organizaciones como “Indignación”, señalaron que el ejercicio se llevó cabo pese a la presencia de la empresa involucrada que en público obstaculizó y deslegitimó la consulta, pero a la vez operó de diferentes maneras a través de las amenazas, la confrontación e incluso la coacción monetaria, ya que se escuchó a distintas personas mencionar que la empresa estaba repartiendo dinero a cambio de votar en favor de la granja porcícola.
Asimismo, según medios locales informaron que las organizaciones señalan que esto influyó notablemente en el clima de tensión y en el resultado de las consultas efectuadas en San Fernando y Kinchil, en el primero con un voto de diferencia y en segundo, en favor de la permanencia de las granja.
“En el ejercicio de hoy, el pueblo maya sembró un precedente: Nunca más sin su permiso, con lo cual, abren camino para gobernar sobre su territorio y decidir como pueblo, pero sobre todo, para que sepan las empresas y el Estado, que antes de implementar cualquier proyecto, tienen que contar con el permiso del pueblo maya”, citan en un comunicado.
En la comunidad de Celestún, los resultados de la fase consultiva fueron: mil 101 votos negativos contra 7 por el sí para que continúen las granjas porcícolas.
Por otro lado, en San Fernando, la votación fue muy cerrada con 59 votos por el “no” y 58 por el “sí”. En Kinchil, 576 “sí” y 423 “no”.