Comparado con el 2020, este año se han incrementado el número de tomas clandestinas de huachicol en todo el país.
En el mar, la frontera y tierra
El negocio ilegal del huachicoleo no da tregua a las autoridades federales y ya sea por mar, en la frontera o en las entidades donde se asientan estas bandas criminales, siguen incrementando su capacidad y operatividad para ordeñar ductos de Pemex.
De acuerdo a información de la Subdirección de Salvaguardia Estratégica de Pemex, en los primero seis meses del 2021 las tomas clandestinas sumaron 5 mil 315, un 6.6% más durante el mismo periodo del año anterior. En 2020, huachicoleros realizaron en promedio 27.5 tomas diarias, es decir, 1.14 por hora. Durante este año, el promedio ascendió a 29.3 perforaciones por día, equivalente a 1.22 por hora.
Hidalgo, Estado de México y Puebla se mantienen como los principales estados donde se concentran las tomas clandestinas. En ellos se reportan siete de cada 10 tomas. Mientras que en Michoacán, Guanajuato, Baja California, Veracruz, Nuevo León, Tlaxcala, Tabasco, Jalisco, Tamaulipas y Querétaro se detectó un aumento en el número de tomas clandestinas.
4 mil barriles diarios
La Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana reportó el 9 de agosto que la extracción ilegal de petrolíferos promedió 4 mil barriles diarios que representaron 2 mil 291.9 millones de pesos de ingresos en seis meses, cantidad estimada con base en el promedio nacional en el costo de la gasolina de $19.91 el litro.
Según información oficial, aunque la extracción ilegal logró reducirse de 81 mil barriles diarios en noviembre de 2020 a 4 mil barriles en el primer semestre de este año, esta actividad continúa siendo redituable para los huachicoleros
Patrimonio petrolero en constante riesgo
Por si fuera poco, Pemex alertó del desfalco que supone al patrimonio financiero de la paraestatal esta práctica.
“[Las operaciones de la empresa] están sujetas al riesgo de conductas criminales para desviar petróleo crudo, gas natural o productos refinados del sistema de ductos, incluyendo el robo y alterando su calidad. […] Está expuesta a un mercado ilícito de combustibles que produce y en las tomas de sus ductos, lo que ha resultado en explosiones, daños materiales, lesiones y pérdida de vida, así como reducción por los productos robados.”
La empresa reconoce que podrían haber empleados suyos implicados en dichas actividades delictivas, en tanto que el mercado de robo de huachicol sigue en aumento.
En respuesta, el gobierno federal asegura implementar medidas y reforzamiento de presencia militar para reducir los delitos en contra de las instalaciones petroleras.
“Este tipo de actividades delictivas continúan en México, algunas contra las instalaciones y productos de Pemex. Estas actividades, su posible incremento y la violencia asociada a ellas podrían, en un caso extremo, tener impacto negativo en la situación financiera y resultados de operación de la petrolera estatal.”
Con información de El Universal.