Ana María Olabuenaga comparte datos sobre el número de posiciones que tendrá el AIFA comparado a otros aeropuertos del mundo.
Más chico incluso que el AICM
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles sigue dando de qué hablar en cuanto a los detalles técnicos de ingeniería y arquitectura. En días recientes, Ana María Olabuenaga publicó en su columna en Milenio titulada “Este gobierno nos está ilusionando” sobre el número de posiciones con las que contará y el comparativo con otros aeropuertos nacionales e internacionales.
Entre los datos comparativos resalta que el aeropuerto de Santa Lucía tendrá 14 posiciones para llegada de aviones, un cifra ínfima comparada con lo que el proyecto en Texcoco consideraba: 120. Otra referencia es el aeropuerto de Guadalajara con 12 posiciones fijas y 15 posiciones remotas, es decir, 30; el de Atlanta en Estados Unidos, por ejemplo, cuenta con 190; incluso del Aeropuerto de la Ciudad de México tiene el doble de lo que Santa Lucía pretende habilitar para ser inaugurada en 2022.
Al consultar a militares a cargo de la obra, estos le respondieron que tomaría 10 o 15 años contar con otras 14 posiciones, en 2042 podrían tenerse 6 más.
“Si Santa Lucía sustituyó a Texcoco o, por lo menos una buena parte, considerando que algún día se echaría a andar Toluca y se remodelaría lo que ya tenemos, ¿ve a Santa Lucía tan grande como Texcoco?, ¿la mitad de grande? Y eso que mira es ¿más barato?, ¿qué tanto?, ¿la mitad?, ¿menos? […] Texcoco iba a costar 150 mil millones de pesos, Santa Lucía lleva 80 mil, más los 100 mil que según el Presidente costó cancelar Texcoco (aunque la Auditoría dice que más).
Ana María Olabuenaga
Siguiendo el tono en el que Olabuenaga muestra los datos con el discurso presidencial, Raymundo Rivapalacio pone sobre perspectiva la base en la que una de las “mega obras” se ha desarrollado. La Corporación Mitre ya había también advertido que la aeronavegabilidad en el espacio aéreo no permite la operación simultánea entre el Benito Juárez y el Felipe Ángeles con la tecnología existente hasta ahora en México.
En el vuelo ‘inaugural’ que el presidente realizó desde el aeropuerto Benito Juárez en la Ciudad de México al AIFA, sostiene el columnista, para demostrar que sí es posible un funcionamiento simultáneo, las operaciones aéreas en CDMX y Toluca fueron alteradas.
La manipulación en los costos
El costo en Texcoco sería de 285 mil millones de pesos, costo que se cubriría mediante inversión del sector privado, pero que sería redituable porque tenía contemplado autofinanciamiento a través de la tarifa de uso de aeropuerto, en contraparte Santa Lucía no tendrá participación privada por lo que la inversión total será costeada por los contribuyentes.
El costo hasta este momento es de 231 mil millones de pesos de los cuales, 95 mil millones de pesos son de infraestructura aeroportuaria, 16 mil 500 millones de infraestructura terrestre, y un tren rápido de 44 mil millones. Además, se pagaron 71 mil millones de indemnizaciones a los inversionistas (luego de aceptar reducir 20 mil millones a la deuda), mil millones más en obras nuevas en la base, luego de ser demolidas las anteriores por el nuevo proyecto; y el costo de la expropiación de 128 hectáreas en Santa Lucía, casi 4 mil millones a valor comercial actual.
Todo para un sistema de aeropuertos cuatro veces más pequeño que Texcoco, que no podrá tener operaciones simultáneas y que pagaremos los contribuyentes, incluidos millones que nunca viajan en avión.
Raymundo Rivapalacio
Al respecto, nos interesa saber tu opinión, a tres años de la consulta popular sobre la cancelación del aeropuerto en Texcoco, ¿consideras que fue la mejor decisión en términos de operatividad y costo? Pero sobre todo ¿será beneficioso para todas y todos?
Con información de Milenio y El Financiero.