Falta de medicamentos, personal médico y presupuesto limitado tienen presionada a la institución e impiden brindar atención de calidad.
Auditoría de la SFP
En el Instituto Nacional de Pediatría (INP) hay deficiencias tanto en el servicio como de mobiliario, así lo constató una auditoría realizada por la Secretaría de la Función Pública en la que se reporta falta de personal en el turno nocturno, deficiencias en los inventarios de medicamentos controlados, monitores de respiración y frecuencia cardiaca con funcionamientos parcial, camas para pacientes sin líneas de aire y oxígeno, como algunos de los obstáculos que impiden brindar servicio de calidad a los pacientes menores de 18 años.
Las inconsistencias detectadas en la Dirección Médica y al Departamento de Urgencias fueron notificadas a Carlos López Candiani, subdirector de Medicina Crítica, y María del Carmen Obregón Mondragón, jefa de Departamento de Urgencias, el 30 de septiembre y se espera respuesta con fecha máxima al 6 de diciembre.
Además de las fallas mencionadas, los auditores denunciaron que falta un electrocardiógrafo, mismo que fue trasladado al área de triage covid, de igual forma el equipo de monitorización continua neurológica para niños con problemas de epilepsia, edema cerebral y problemas neurológicos. El espacio de Rayos X se encuentra cerrado a falta de personal que lo atienda. La suma de estos factores, dicta el oficio, “afecta la calidad de atención y monitorización del estado en los que se encuentran los pacientes”.
En cuanto al área de urgencias, se detectaron diferencias en los medicamentos del área, falta de material de curaciones así como falta de mantenimiento en todas las áreas como resanes, pintura, señalizaciones de áreas de oficina y carencia de chapas de seguridad.
Urgencias carece de personal
En urgencias se detectó que la falta de personal es grave en general, sobre todo en el turno nocturno, ya que solo hay dos especialistas para atender a todos los menores que llegan, sin ningún otra persona de apoyo. También hay inconsistencias en los registros de entrada y salida; variación en horario por parte de los médicos adscritos y falta de validaciones en los formatos de asistencia.
El caso se ha tornado más difícil luego de las medidas implementadas para prevenir contagios de Covid-19, como salir una hora antes de la jornada laboral para los médicos adscritos y para mitigar la aglomeración en el comedor institucional.
Con información de La Silla Rota.