Un artículo de The Wall Street Journal asegura que el acuerdo del presidente López Obrador para blindar sus proyectos constituye un “acto de desesperación, más que de fortaleza” y podría ser el principio del fin de la democracia en México.
Una decisión “por encima de la Constitución”
Mary Anastasia O’Grady, columnista de The Wall Street Journal, escribió un artículo para el diario estadounidense en el que asegura que, a través del llamado “decretazo”, el presidente Andrés Manuel López Obrador “se pronunció por encima de la Constitución, la semana pasada, para algunos se sintió como el principio del fin de la democracia mexicana”. En el texto, titulado “López Obrador corteja al Ejército mexicano”, apuntó que esta declaración de sus obras como asuntos de interés público y seguridad nacional fue un “acto de desesperación, más que de fortaleza”.
O’Grady apunta que el ‘decretazo’, que blinda proyectos de infraestructura de obras públicas que por su “finalidad, características, naturaleza, complejidad y magnitud, sean considerados prioritarios o estratégicos para el desarrollo nacional”, en realidad “incluye es lo que el presidente decide que se incluya”. Es decir, una vez que el mandatario considere a uno de sus proyectos como necesario para la seguridad nacional, podrán permitirse los contratos sin necesidad de licitación y se mantendrán bajo reserva.
“Desde que asumió el cargo, López Obrador ha acercado a los militares, dándoles contratos para construir proyectos favoritos y ampliando sus oportunidades de ganar dinero”, apunta la autora.
La 4T ya parece una “dictadura suave”
La columnista apunta que el gobierno de López Obrador tiene una visión de México muy cercana a lo que eran los gobiernos en los años 70, cuando había una “dictadura suave” encabezada por los presidentes. Apunta que López Obrador considera que México necesita un sistema así, pues solo “un líder moralmente superior como él puede traer verdadera justicia”, aunque, “aun si este presidente es tan puro como asegura ser, la historia no está de su lado” ya que en una democracia liberal hasta los intereses minoritarios retienen sus derechos a la propiedad y contratos.
“El verdadero problema de López Obrador es que si bien sigue siendo popular, el país está lleno de intereses que no siempre comparten los puntos de vista de él, desde las comunidades mayas que se oponen a que el tren pase por sus tierras los inversionistas del sector de la energía con contratos firmados”, señala O’Grady.
Lee el artículo en su versión original aquí
No te pierdas: El ‘decretazo’ presidencial es un exceso y viola la ley: Emilio Álvarez Icaza
Con información de El Universal