En 1900 había más de 100 mil ejemplares de jaguar. Actualmente hay la mitad, la mayoría de ellos en Brasil. En 2010, según un censo, había 4 mil en México. Y en 2018, según otro censo, la población de este felino aumentó a 4 mil 800. Sin embargo, ahora se encuentran en riesgo.
Después del Amazonas, la población de jaguar más importante del planeta vive en la península de Yucatán, justo por donde planea pasar el ren Maya en esta zona. El ferrocarril atravesará el hábitat y los corredores biológicos, indispensables para la preservación de este felino, catalogado como especie en peligro de extinción.
De acuerdo con el Censo Nacional del Jaguar 2018, en México habitan 4 mil 800 de estos carnívoros y más de la mitad se ubica en la península, principalmente en la Reserva de la Biosfera de Calakmul y la Reserva de Sian Ka’an. El Tren Maya contempla mil 520 kilómetros de ruta, utilizará el tramo ferroviario ya existente que cruza por Campeche y Yucatán, y sumará la construcción de una nueva vía de más de 750 km para atravesar Quintana Roo.
La construcción del Tren implicaría edificar una barrera física dentro del hábitat del jaguar. Debido a que los animales necesitan de un rango hogareño, un área para realizar sus actividades de alimentación como cazar presas, reproducirse y cuidar de sus crías, que en el caso del jaguar “es muy amplio, se estima entre 30 y 50 kilómetros”, comenta Francisco Remolina, ex director del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam y miembro del Grupo de Expertos para la Conservación de los Felinos Silvestres de México.
Especialistas han sugerido la construcción de pasos de fauna elevados como una posibilidad de mitigar el impacto ambiental, pero esta infraestructura representaría uno de los principales retos del proyecto, pues no existe ninguno de su tipo en el país. Su edificación es vital debido a que permitiría conectar los corredores biológicos. Sin embargo, necesitará de ciertas especificaciones para que funcione adecuadamente.