Todos hemos visto hermosos nacimientos adornados debajo de un árbol de navidad. Sus figuras como San José y la Virgen María, los reyes magos y los más completos con pastores, animales, ríos y otros elementos decorativos. Algo que nunca falta es el heno y el musgo.
Sin embargo, lo lindo no quita el daño al ambiente que esto provoca. Cada año durante esta temporada, distintos tipos de musgo y heno son extraídos de bosques y selvas para ser vendidos. En la mayoría de los casos su extracción se realiza de manera ilegal.
La Secretaría del Medio Ambiente ha alertado de esta práctica nociva y pide a la gente que no adquiera este tipo de plantas, para no fomentar el mercado ilegal que hay detrás.
¿Por qué es malo?
El musgo ayuda a disminuir la contaminación ambiental, la erosión del suelo y contribuye a incrementar la humedad. Su extracción daña la salud de los bosques.
En estas plantas viven diversos tipos de microorganismos que aprovechan su humedad para vivir y formar comunidades. El heno por ejemplo, es utilizado por los colibríes para hacer sus nidos. El ritmo de extracción de estas plantas es más grande que el de su generación, por lo que existe el riesgo de dañar el ecosistema mexicano.