¿Ya te contagiaste de Covid-19 y aún te faltan dosis de la vacuna? Esto te interesa: descubre qué es la “superinmunidad” o “inmunidad híbrida”.
Conoce la “superinmunidad”
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicó en su gaceta una entrevista con el doctor Alejandro Sánchez, del Instituto de Biotecnología, quien explicó algo que genera muchas dudas entre la población: ¿cómo se desarrolla la inmunidad después de contraer Covid-19 y qué relación tiene con las vacunas?
El especialista destaca que las personas que no se han vacunado enfrentan mucho riesgo en caso de contagio y explica la inmunidad que se genera en el organismo gracias a la vacunación. Según detalla, si una persona se contagió de Covid-19 de manera previa a vacunarse o a ponerse la segunda o tercera dosis de la vacuna, su organismo genera una “inmunidad híbrida”, la cual “permite al sistema inmune que remedie muchos de los síntomas de la Covid-19 postergado o largo, el famoso long covid, y la respuesta inmune se centra o estandariza de tal manera que no haya procesos inflamatorios, como sí se ve con la inmunidad natural”.
Están más protegidos
Además, Alejandro Sánchez explica que las personas que tuvieron la enfermedad antes de terminar su esquema de vacunación generan la “superinmunidad”, la cual es la “inmunidad híbrida”, pero “en un extremo superlativo, en el que a final de cuentas la protección es mayor”. Así que, después de superar la enfermedad, en cualquier etapa de la vacunación que esta se presente, nunca estará peleado con ponerse la vacuna: al contrario. ¿Por qué? De acuerdo con el especialista, el cuerpo humano guarda células de memoria, las cuales se disparan y comienzan a producir otra vez anticuerpos en el momento que ocurre una reinfección, “esas células los cuales no van a reconocer a la variante ómicron u otras nuevas porque no tienen esta memoria. De allí la importancia del refuerzo”, enfatiza.
“Aun así en ninguno de estos casos se exenta de la reinfección. La idea es que cuando te vacunas levantas una respuesta inmune que tiene dos componentes. El primero es como un escudo, las células T, no se afecta tanto con la aparición de nuevas variantes; sin embargo, es únicamente la mitad de la respuesta. La otra mitad son los anticuerpos. Haciendo una analogía, son como una espada que sirve para combatir el virus, pero va perdiendo filo. Después de que pasan seis meses esos anticuerpos pierden filo porque ya no se encuentran tan presentes”, explica Sánchez.
Con información de Gaceta UNAM