La crisis de las desapariciones en México refleja los niveles de violencia e inseguridad en el país y las autoridades no están asumiendo su responsabilidad ni dan respuesta a la ciudadanía. Angélica de la Peña escribe en su columna sobre esta crítica situación.
Vivimos una inseguridad “lamentable y vergonzosa”
México rebasó las 100 mil personas desaparecidas este 2022. También hay más de 52 mil cuerpos humanos sin identificar en los servicios forenses o en fosas comunes o clandestinas. El panorama es desolador y Angélica de la Peña advierte en su columna “La crisis en la identificación de restos humanos“, publicada en El Sol de México, que no debemos normalizarlo, mucho menos dejar de sentir empatía por las víctimas y sus familias. A su vez, el gobierno no puede continuar sin asumir su responsabilidad de encontrar a quienes continúan desaparecidos y dar respuesta sobre la identidad de los restos humanos que han sido localizados para poder entregarlos a sus familias.
“La inseguridad que se padece en México es lamentable y vergonzosa; no hay autoridad que asuma la responsabilidad de las desapariciones que son posibles o por comision, o por omisión. La desaparición forzada se perpetra por servidores públicos o por su aquiescencia, o la cometen particulares en zonas donde no hay ninguna autoridad; porque hay lugares así en México, la delincuencia organizada es ‘la autoridad'”.
“Hoy nadie está a salvo”
La exdiputada destaca en su columna la labor de las familias de las personas desaparecidas para encontrar los cuerpos de sus seres queridos, muchas de ellas son madres rastreadoras que “exponen su vida al buscar por lugares dominados por los malosos”. En este sentido, señala que el Centro Nacional de Identificación Humana, cuya operación estará a cargo de la Comisión Nacional de Búsqueda “es una pieza del rompecabezas que se debe poner en funcionamiento integral y coordinadamente”, y necesita recursos suficientes para ello, “y lo mismo urge para el Banco Nacional de Datos Forenses, el Registro Nacional de Personas Fallecidas No Identificadas y No Reclamadas, el Registro Nacional de Fosas y el Programa Nacional de Exhumaciones”.
“Las familias han reclamado permanentemente ‘vivos se los llevaron, vivos los queremos’. Pero el Estado ha minimizado esta grave violación a los derechos humanos. Necesario reconozca que su política para enfrentar al crimen organizado debe ser modificada estructuralmente, porque por cierto, esa es la causa de esta tragedia nacional”.
Con información de El Sol de México