El endurecimiento de la política monetaria en EE. UU. siembra incertidumbre sobre el crecimiento y pone nerviosos a los mercados.
El peor índice desde 1981
La Oficina de Estadísticas Laborales reportó que el índice de precios al consumidor alcanzó el 9,1% interanual en junio, un récord no visto desde 1981 en el país norteamericano. Este aumento es una conjunción entre los altos precios de la gasolina, el aumento de los alquileres y el notable encarecimiento de los comestibles.
Las previsiones de expertos apuntaban un 8,8 % y 1,1% de inflación subyacente, por lo que esta cifra representa un duro golpe para la administración de Joe Biden de cara a las elecciones intermedias previstas en noviembre. Además de sembrar incertidumbre sobre el crecimiento y preocupación en los mercados
Aunque el aumento ha sido generalizado, los índices de gasolina, vivienda y alimentos fueron los mayores contribuyentes. Tan solo el índice de energía subió un 7,5% durante el mes y contribuyó casi la mitad del incremento; la gasolina reportó un encarecimiento del 11,2%, mientras que la alimentación subió un 1% en junio.
Los datos de inflación podrían incentivar a la Reserva Federal, que se reunirá a final de mes, a realizar otro gran aumento de los tipos, con una probable subida de tres cuartos de punto porcentuales.
Un alivio lento
Ante el panorama, especialistas consideran que este podría ser el último pico de inflación al observar moderación en el consumo de otros bienes. Sin embargo, el alivió irá lento.
En tanto, el Fondo Monetario Internacional recortó sus proyecciones de crecimiento para la economía estadounidense y advirtió que un aumento generalizado de la inflación plantea “riesgos sistémicos” tanto para el país como para la economía mundial. No obstante, los datos de empleo en junio han sido más positivos de lo esperado, por lo que han alejado el temor a la recesión, lo que también contribuye a que Fed decida subir más los tipos.
Bajo crecimiento y recuperación lenta para México
José Luis Ortega, director de los Equipos de Deuda y Multiactivos para BlackRock México, prevé que el pico más alto de inflación en México se alcance en octubre, lo que daría al Banco de México un margen para frenar un aumento en las tasas y evitar generar un mayor daño a la economía nacional.
Ortega destaca que el banco central tiene una sensibilidad que podría llevarlo a desmarcarse de la Reserva Federal de Estados Unidos, aunque tampoco descarta una tasa entre 9 a 10 %. Pese a lo que se espera de ellos, los bancos centrales no podrán controlar por sí mismos el fenómeno inflacionario por lo que hacer más restrictiva la política monetaria afectará el crecimiento económico, puntualizó.
Renzo Merino, vicepresidente y analista senior de Moody’s para Soberanos y Supranacionales, dijo que el crecimiento económico de México será uno de los más bajos y una de las recuperaciones más lentas respecto de otras economías emergentes.
Con información de El País, El Heraldo de México.