Aunque el presidente López Obrador anunció que su administración entrará en una fase de “pobreza franciscana”, sus obras emblemáticas siguen recibiendo miles de millones de pesos para su construcción.
Más austeridad
Este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que buscará reformar la Ley de Austeridad para que quienes ganan un sueldo superior al suyo no puedan ampararse e informó que su gobierno pasará de una política de “austeridad republicana” a una de “pobreza franciscana”, en la que limitará el gasto oficial para generar mayores ahorros. Dijo que decretará medidas de ahorro como la eliminación de viajes al extranjero para sustituirlas por comunicación telefónica o teleconferencias, además de la reducción de viáticos.
“Hay una Ley de Austeridad Republicana que no se cumple; les adelanto que, de todas maneras, ya vamos a pasar de la fase de la austeridad republicana a una fase superior, que es la de la pobreza franciscana”, dijo el presidente.
Y también más dinero para sus obras
Sin embargo, el presidente no habló de los sobrecostos de sus obras prioritarias, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Tren Maya, cuyos costos superaron el 50% de lo programado; u obras paralelas como el suburbano que lleva al al AIFA, con 64.8 millones de pesos en sobrecostos, según la ASF; así como la refinería Olmeca que se construye en Dos Bocas, Tabasco, para la que se han destinado 172% más recursos del presupuesto inicial.
En este sentido, diputados de la Comisión de Presupuesto advierten que las medidas que anunció López Obrador revelan que en el país no hay finanzas públicas sanas, y Héctor Saúl Téllez, secretario de la Comisión de Presupuesto, alertó que se trata de medidas para tener recursos suficientes para poder concluir sus megaobras.
“Lo que está sucediendo es que las finanzas públicas no están bien y que se quieren usar para los caprichos del Presidente, por lo que ahora hay que exprimir los recursos públicos, seguir con el ‘austericidio'”, dijo Téllez.