El proceso electoral del 2023 en Edomex enciende los focos rojos en presidencia: Del Mazo y el PRI se mantienen unidos.
AMLO con los ojos puestos en Edomex
Para el presidente Andrés Manuel López Obrador se avecina la que puede ser su prueba más grande en el terreno de la operación política. Las elecciones de 2023 en el Estado de México son su máxima ambición y los últimos movimientos realizados desde su gobierno dejan entrever la preocupación que le invade.
Alejo Sánchez Cano precisa que AMLO está consciente de que, a comparación de otros gobernadores priistas, Alfredo del Mazo no será comprado con una embajada o un cargo en su gobierno, es más no parece tener intenciones de ceder la entidad; así mismo, Delfina Gómez tampoco tiene la victoria asegurada, sobre todo cuando su elección como candidata fue hecha por dedazo, lo que dejó severos rencores en los grupos morenistas mexiquenses.
Las encuestas “no cuchareadas”, dice Sánchez, revelan que Morena no tiene preferencia en el llamado corredor azul y amarillo compuesto por los municipios de Naucalpan, Atizapán de Zaragoza, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, y que fue arrebatado de gobiernos morenistas en las pasadas elecciones.
“Por las buenas, AMLO tiene pocas posibilidades de ganar la elección del Estado de México, en virtud de que existe un claro rechazo de los mexiquenses a su gobierno, hecho que se refleja en los antes llamados corredores azules y amarillos, en donde de acuerdo a las encuestas no cucharadas, no tiene las preferencias electorales”.
Campaña política-jurídica contra EPN
AMLO, continúa Alejo Sánchez, ha elegido al expresidente Enrique Peña Nieto como blanco de una campaña político-judicial porque teme que esté involucrado en la sucesión de Alfredo del Mazo.
Es tanta la angustia presidencial que desde Gobernación y la FGR se ha utilizado el caso de Ayotzinapa para involucrar al círculo cercano de EPN con la versión de crimen de Estado.
“Cuando en realidad fue la intervención del crimen organizado coludido con autoridades y policías municipales de Iguala (léase, José Luis Abarca, quien en ese entonces era presidente municipal y quien estuvo financiado por Morena) y algunos militares. […] Pero esto qué importa cuando se trata de ganar la elección del Estado de México y luego la presidencial, si al fin y al cabo lo relevante es mantener el poder, ya que ‘si nos tardamos 18 años en llegar poder, cómo lo vamos a soltar en solo seis años’ “.
López Obrador no va a soltar el poder
Desde su llegada al poder, AMLO se ha encargado de concentrar el poder y restar injerencia al Legislativo y al Judicial, a la vez que fortaleció la militarización del país y conformó alianzas con grupos que operan al margen de la ley. Todo el con propósito, dice Sánchez, de que su proyecto hegemónico perdure.
“Lo hemos dicho hasta el cansancio, Andrés Manuel no va a soltar el poder aunque pierda en las urnas o en los tribunales, tiene toda una estrategia de ‘resistencia civil’ para evitar ponerle la banda presidencial a alguien ajeno a su proyecto político. […] Aunque para ello tenga que torcer la ley para judicializar sucesos que son del dominio público y que no admiten el manoseo judicial”.
Para concluir, Cano señala que los tres partidos que confirman Va por México siguen firmes en concretar el bloque opositor. El PRI, por su parte, podría definir en poco tiempo a su aspirante, y la más apta sería la diputada Ana Lilia Herrera, quien supera en popularidad a Alejandra del Moral.
“Como se aprecia, mientras que López Obrador se va con la finta con Peña Nieto, el priismo mexiquense cierra filas en torno a su gobernador y ello tiene muy preocupado al presidente”.
Con información de El Financiero.