El 10 de septiembre se cumple un año del derrumbe del cerro del Chiquihuite, donde fallecieron cuatro personas, entre las que había dos menores, de 5 y 3 años de edad. A pesar de las promesas del gobierno para evitar que la tragedia se repita, los vecinos dejaron de recibir apoyo y siguen viviendo en esta zona, considerada de alto riesgo.
Una tragedia que se llevó cuatro vidas
El 10 de septiembre de 2021, alrededor de las 14:30 horas, los habitantes de la segunda sección de la colonia Lázaro Cárdenas vieron caer sobre varias viviendas rocas gigantescas y miles de toneladas de tierra que se había reblandecido a consecuencia de las fuertes lluvias de días anteriores.
La tragedia dejó cuatro muertos, entre los que se encontraban una joven de 22 años y sus dos pequeños hijos, un niño de cinco años y una de tres, cuyos cuerpos fueron localizados varios días después del desprendimiento por los cuerpos de emergencia y binomios caninos que llegaron para apoyar a las familias afectadas. Las autoridades informaron que se retiraron del lugar cientos de rocas que se desprendieron del cerro, algunas de hasta 200 toneladas.
Sin apoyo del gobierno
En aquel momento, después del trágico suceso, Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo del Estado de México restringieron el acceso en un radio de 200 metros y notificaron a 141 familias damnificadas que debían abandonar la zona, para lo que se instalaron albergues donde pudieran quedarse. Además se entregaron 5 mil pesos mensuales para rentar espacios más seguros donde vivir, un apoyo que duró solamente tres meses, según explicó Flor María Lázaro Bolaños, vecina del lugar, al diario La Prensa:
“Sólo dieron el dinero durante tres meses, ya cuando entró este presidente municipal lo suspendió, ya no dio nada, y nada es nada, ni dinero ni apoyo ni comida ni víveres (…) hoy seguimos viviendo con miedo, en espera de que el gobierno nos apoye, que nos reubique como quedó, pero la verdad ya ninguna autoridad nos da respuesta”.
Ante el temor de un nuevo derrumbe, Flor ha intentado obtener respuestas y apoyo del gobierno municipal, pero su búsqueda ha sido infructuosa, pues, tras la llegada del presidente municipal Marco Antonio Rodríguez a la demarcación, no ha recibido respuesta: “voy al palacio a preguntar, pero sólo me dicen que están en eso, que están viendo, que me espere y que esté al pendiente, pero la verdad es que no hay ningún tipo de apoyo”, relata.
“Aquí ya todas las familias están de regreso; todos están ocupando sus viviendas, qué radio de protección ni restricción ni nada. Los cabrones del gobierno, como siempre, solo fueron hocicones, que iban a ayudar y que darían apoyo a las familias, pero nada”, acusó Rafael, otro vecino del lugar.
Alcalde asegura que hay vigilancia y monitoreo permanente
Por su parte, según un reporte de El Sol de México, el alcalde Marco Antonio Rodríguez Hurtado informó que en el terreno que fue donado al gobierno federal para que se construyeran 200 departamentos ya se inició la obra y que se han derrumbado 15 casas afectadas tras el derrumbe, por lo que ya no habrá más desalojos en la zona, aunque el gobierno municipal mantendrá una vigilancia permanente en el lugar. El alcalde aseguró que los módulos de Gavión son monitoreados de forma permanente y que en la zona cuentan con “canteros que son profesionales que saben ir desgajando los peñascos”
No obstante la preocupación y el temor ante la posibilidad de un nuevo derrumbe sigue latente, y especialistas como Alejandro Mendoza, geólogo del Instituto Politécnico Nacional, han advertido sobre el riesgo de un nuevo derrumbe:
“A un año de la tragedia el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) confirmó que la ladera oriental del cerro el Chiquihuite de unos 70 metros de altura y 300 de longitud tiene fracturas por las cuales podrían caer bloques de hasta diez metros”, alertó el experto.
Con información de La Prensa y El Sol de México