Tras la aprobación del Plan B de la reforma electoral aprobada recientemente por Morena, Isidro Cisneros advierte el peligro que corre la institucionalidad democrática en México.
Humanismo que se asemeja a despotismo
El doctor en Derecho Isidro H. Cisneros se posiciona en su columna “Cuando la democracia incomoda al poder” sobre el desprecio a la legalidad y a la institucionalidad democrática del ahora llamado “humanismo mexicano”. Un modo de gobernar del lopezobradorismo que se asemeja a los “despotismos del pasado”, sostiene.
“El desprecio de la legalidad y la división de poderes, la austeridad arbitraria que cancela la atención a las necesidades sociales, la improvisación y la indolencia como políticas públicas, la mala administración y el despilfarro de los recursos presupuestales, la corrupción y la protección acrítica de sus colaboradores, así como las continuas erratas en política internacional, son los sellos distintivos del lopezobradorismo”.
Para el catedrático, este “archipiélago autoritario” está emprendiendo la tarea de destrucción institucional del sistema democrático. Lo que coindice, apunta, con las políticas establecidas en otras naciones donde han gobernado “los fanáticos, los dogmáticos, y los intolerantes”.
Aprobación del Plan B fue violatorio al proceso legislativo
En este sentido, Cisneros hace una severa crítica al procedimiento por medio del cual Morena y sus aliados se valieron para aprobar el Plan de la reforma electoral. Calificándola de imposición, reafirma que la institucionalidad democrática está en grave peligro, así como la consolidación de una equidad en la competencia política.
“Más allá del contenido de la iniciativa que busca compactar salvajemente al INE […], el procedimiento legislativo seguido para aprobar el capricho presidencial fue absolutamente inconstitucional”.
La normatividad parlamentaria, explica, exige que la iniciativa sea leída y discutida en comisiones. Al no hacerlo y votar las propuestas de ley enviadas desde el gobierno federal, una práctica común, constituye una serie de violaciones graves al debido proceso legislativo.
“Votar sin leer las iniciativas que les redactan desde Palacio Nacional se está convirtiendo en una práctica común de la peor legislatura que se recuerde en el México contemporáneo”.
Se debe detener el “sigiloso golpe de Estado”
Ante los cambios aprobados por “la tiranía de la mayoría en la Cámara Baja”, la oposición deberá detener el “sigiloso golpe de Estado”, indica Cisneros.
En este sentido, hace un llamado al Senado para que no abdique su responsabilidad constitucional como instancia revisora y de control legislativo, ya que está en juego “la igualdad política y la vigencia de la constitucionalidad democrática.
“Son las famosas reglas del juego democrático sin las cuales no existe igualdad política, ni garantías para expresar libremente el disenso”.
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Con información de Crónica.