El descarrilamiento del tren de Ohio provocó alarma a nivel mundial debido a la alta peligrosidad de las sustancias químicas que transportaba. ¿Qué ha pasado tras este accidente que algunos llaman Chernóbil 2?
Accidente y nube tóxica
El pasado 3 de febrero, un tren de carga de la empresa Norfolk Southern viajaba de Madison, Illinois, hacia Conway, Pensilvania, cuando, a tan solo 30 kilómetros de llegar a su destino, comenzaron a salir chispas en uno de los vagones. Instantes después, se descarriló causando un accidente que provocó una nube tóxica justo después de atravesar East Palestine, antes de pasar por la frontera de Ohio con Pensilvania.
De acuerdo con información de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), en total se descarrilaron 38 vagones y el incendio producido por el accidente afectó a 12 vagones más. De estos vagones, 11 contenían materiales peligrosos, tales como cloruro de vinilo, producto altamente cancerígeno, que al arder se descompone en cloruro de hidrógeno y fosgeno.
¿Qué provocó el descarrilamiento del tren de Ohio?
Aunque ya se logró identificar el vagón donde se produjo el accidente y se realizará un examen metalúrgico en sus ruedas, la investigación continúa abierta y se prevé que el primer informe oficial se presente en dos semanas. Según la información preliminar, “el video de vigilancia de una residencia mostró lo que parece ser un cojinete de rueda en la fase final de fallo por sobrecalentamiento momentos antes del siniestro”, reportó el diario El País.
Por su parte, la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) informó que el accidente provocó el derramamiento de sustancias como cloruro de vinilo, acrilato de butilo, acrilato de etilhexilo y éteres monobutílicos de etilenglicol en el suelo y las aguas superficiales más cercanas.
No obstante, hasta el momento la EPA señala que no se ha detectado toxicidad en el aire, e incluso desde el 8 de febrero, los gobernadores de Ohio y Pensilvania aseguraron a los vecinos de East Palestine y alrededores que ya podían regresar a sus casas “sin peligro”.
“En la tarde del 13 de febrero, la EPA suspendió la vigilancia del aire de la comunidad en relación con el fosgeno y el cloruro de hidrógeno. Tras la extinción del incendio el 8 de febrero, ya no existe la amenaza de que el incendio de cloruro de vinilo produzca fosgeno y cloruro de hidrógeno. La EPA continuará la vigilancia del aire de la comunidad las 24 horas del día para detectar otras sustancias químicas preocupantes”, informó EPA esta semana.
Con información de El País