Académicos, investigadores, profesores y padres de familia alzan la voz
Los nuevos libros de texto gratuitos que el Gobierno Federal quiere imponer para el próximo ciclo escolar representan “una visión aberrante, doctrinaria, anti-moderna que se opone a las instituciones democráticas y niega el respeto a los derechos universales que cada niño –o persona—tiene”, afirmaron académicos, investigadores, profesores y padres de familia en una carta dirigida “al pueblo de México”.
De acuerdo el documento, “el gobierno federal está a punto de consumar un nuevo crimen contra la nación. En poco tiempo, violando el mandato de suspensión dictado por un juez, se impondrán en las escuelas primarias libros de texto que no se fundan en programas de estudio publicados, que no han sido sometidos a discusión o consulta pública y que se busca imponer sin que los maestros hayan recibido la capacitación necesaria para aplicarlos. Estos libros, además, proponen un cambio radical en la práctica de la enseñanza y en la manera de educar a niños y adolescentes”.
Presentan algunos puntos clave que han generado gran preocupación en la comunidad educativa:
1. Según este nuevo modelo educativo la escuela no debe ofrecer los conocimientos, los valores y las habilidades que la educación mexicana ha ofrecido a lo largo de un siglo. La educación que hoy ofrecen las escuelas, dice la SEP, es “neoliberal”; por tanto, se necesita un cambio radical de paradigma, una “educación popular”, que substituya a la anterior. Lectura, escritura y matemáticas, las materias básicas que la escuela siempre ha considerado prioritarias, quedan difuminadas, sin objetivos, métodos de enseñanza ni materiales que la apoyen.
2. El alumno, en tanto individuo, afirma la SEP, no debe ser el centro de la educación, el centro debe ser la comunidad; una ética colectiva debe substituir a la ética del individuo. Hay un desacato de la educación incluyente: sin la atención a las necesidades personales de cada estudiante, se abandona el propósito irrenunciable de avanzar en el establecimiento de las bases de una auténtica educación que incluya a todos.
3. Con los nuevos libros de texto de la primaria se pretende desaparecer las asignaturas como Matemáticas, Lengua Española, Física, Biología, Formación Cívica y Ética, Historia y Geografía de modo que los alumnos no podrán adquirir el dominio del razonamiento lógico- deductivo y el aprendizaje oral y escrito del español y de otras lenguas. .
4. El conocimiento del pasado nacional estará ausente de las aulas. Los valores que nos unen a los mexicanos serán eliminados. Las ciencias deberán subordinarse ante las creencias de la comunidad, sean racionales, supersticiones, religiosas o mágicas. La nueva educación agrega la SEP no debe dotar a la nueva generación de destrezas que les permitan incorporarse más tarde a un trabajo productivo.
5. Todo esto implica una violación de postulados constitucionales como el laicismo. Se presenta a México, no como un país libre y democrático, sino como un país atrasado y colonizado por el imperialismo europeo, colonización que materializa cuando la escuela transmite la cultura universal.
6. La educación se realizará también fuera del claustro escolar, en la comunidad misma, a través del intercambio entre los alumnos y los miembros los habitantes del entorno, aunque nunca se aclara quien se hará responsable de la seguridad de los alumnos cuando salgan a la calle: ¿el maestro?, ¿la escuela? ¿la SEP? ¿el municipio? ¿los padres de familia?
7. En vez de cultura universal, la escuela, dice la SEP, debe dar preeminencia a la cultura de las comunidades locales (barrios populares, rancherías). La educación, proponen, no debe educar para adaptar al niño a la sociedad sino para “transformar” a esa sociedad.
8. La nación no será más el horizonte de la educación. No, el nuevo horizonte es la comunidad local, los niños aprenderán, desde preescolar, a solucionar los problemas sociales de su respectiva comunidad –aunque sea evidente que en primaria los pequeños no tienen la madurez necesaria para hacerlo.
Efectos a largo plazo
“Es una visión aberrante, doctrinaria, antimoderna que se opone a las instituciones democráticas y niega el respeto a los derechos universales que cada niño –o persona—tiene. Todo esto conduce a que la educación incurra en un relativismo cognitivo y en un relativismo moral que, podemos anticipar, tendrá a la larga efectos desastrosos para la nación mexicana”, sostienen en la misiva.
Los suscritos, ciudadanos libres, conscientes y responsables, “queremos levantar nuestra protestar por esta nueva embestida del gobierno federal y llamar a maestros y padres de familia para que se opongan a esta arbitrariedad”.