A pesar de las afirmaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador acerca del éxito de su estrategia gubernamental en la disminución de la pobreza, la situación en México sigue siendo desafiante en lo que respecta al acceso a educación y salud para millones de personas.
Pandemia agudizó la problemática
La última medición de la pobreza multidimensional llevada a cabo por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) destaca que, entre 2020 y 2022, 8.9 millones de mexicanos superaron el umbral de la pobreza. Sin embargo, el mismo estudio resalta que un 19.4% de la población se enfrenta a un rezago educativo y un 39.1% tiene dificultades para acceder a servicios médicos.
Nabor Cruz, Secretario Ejecutivo de CONEVAL, en entrevista con Reporte Índigo, atribuye estos problemas a la deserción escolar causados por la transición al modelo educativo a distancia y a los cambios en el sistema de salud nacional, que aún no han sido completamente consolidados, ambos ampliamente influenciados por la pandemia.
El informe revela un aumento de 24.4 a 25.1 millones de personas con problemas para asistir a la escuela, mientras que la educación obligatoria ha experimentado dificultades con la inscripción de 435 mil personas de tres a 29 años que dejaron de recibir educación durante el punto crítico de la emergencia por COVID-19, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En el ámbito de los servicios de salud, la medición muestra que 50.4 millones de personas enfrentan dificultades para acceder a ellos, lo que representa un incremento de 14.7 millones con respecto a la medición previa de la pobreza. Analistas de CONEVAL sugieren que este dato refleja la complejidad de la transición del sistema de salud anterior al propuesto por la administración actual, lo que genera incertidumbre en el sector.
La deuda social del Estado mexicano
Claudia Maldonado, investigadora académica del consejo, subraya que estos resultados ilustran las carencias persistentes en México en cuanto a derechos sociales, a pesar de una recuperación en el ingreso atribuible a la económica pospandemia. Añade que esto resalta la magnitud de la deuda social del Estado mexicano.
A pesar de estos retrocesos, la medición de CONEVAL también destaca avances en otros aspectos, como el acceso a la seguridad social, la calidad y espacios de vivienda, los servicios básicos y el acceso a alimentos nutritivos y de calidad. Estos elementos, junto con la información sobre educación y salud, conforman los seis ejes de análisis para determinar las carencias sociales que definen el concepto de pobreza multidimensional en el país.
Un futuro incierto
La reducción de la pobreza se atribuye a varios factores, entre ellos el período de economía posterior a la pandemia, la implementación de políticas salariales progresivas y las transferencias monetarias provenientes de programas sociales. Los analistas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) destacan que estos elementos han contribuido a dinamizar la economía mexicana de tal manera que se refleja en una disminución de las carencias económicas en el país.
A pesar de este logro, existe incertidumbre sobre la sostenibilidad de este progreso en la lucha contra la pobreza en el futuro. Dado que no se puede contar con otro período de reapertura económica similar al pospandemia, el Secretario Ejecutivo de CONEVAL resalta la importancia de continuar impulsando el desarrollo del empleo formal. Esta medida podría ser clave para mantener una tendencia positiva en términos de ingresos y reducción de carencias sociales.
Guillermo Cejudo, investigador académico del consejo, reflexiona sobre la dualidad de la situación: “Por un lado, existe la recuperación del ingreso de las personas, también hay un mayor acceso a la alimentación y un mayor porcentaje de la población de 65 años o más con acceso a seguridad social, pero hay al mismo tiempo retos persistentes en la población en pobreza extrema, una mayor proporción de personas sin acceso a servicios de salud y un alto porcentaje de personas ocupadas sin acceso a la seguridad social“.
Transferencias sociales no son solución a la pobreza
Las transferencias monetarias provenientes de programas sociales han demostrado ser un mecanismo relevante en la lucha contra la pobreza en México, aunque los expertos advierten que su alcance es limitado y no debe preferir como única estrategia. Según la medición de la pobreza, estas transferencias han permitido que un 2.7% de la población salga de la pobreza y un 1.8% de la pobreza extrema.
No obstante, John Scott, investigador académico del CONEVAL, enfatizó que las transferencias no pueden ser la única solución al problema de la pobreza, ya que el componente principal del ingreso de los hogares es el laboral. Sin embargo, sí pueden generar un efecto significativo para los grupos más pobres, ya que representan una proporción mayor de su ingreso.
A pesar de la existencia de más de 11 mil programas y acciones de desarrollo social a nivel municipal, estatal y federal en México, según el Inventario Nacional de Programas y Acciones para el Desarrollo Social, actualmente estos programas no están articulados de manera integral para generar un sistema completo de protección social. Esto implica la necesidad de una mayor eficiencia en el gasto estatal y una atención precisa a los diferentes segmentos de la población.
Nabor Cruz, titular del CONEVAL, destaca que el apoyo más efectivo para las transferencias económicas sería un mercado laboral formal consolidado, empleos bien remunerados y con seguridad social. Una persona con condiciones laborales dignas será menos dependiente de apoyos sociales.
Pobreza está presente en la niñez del país
La población infantil y adolescente en México enfrenta una dura realidad en cuanto a la pobreza. Según el CONEVAL, casi la mitad de la niñez y adolescencia del país se encuentra en condición de pobreza.
El panorama es particularmente preocupante, ya que el 48.1% de la población de cinco años o menos, el 47% de las edades entre seis y una vez años, y el 43% de los adolescentes se ven afectados por carencias económicas. Además, se señala que la pobreza tiende a perpetuarse, ya que siete de cada diez personas nacidas en los estratos más bajos no lograrán superar esa situación.
Rogelio Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, advirtió que estas desventajas económicas y sociales en la juventud mexicana pueden marcar su vida adulta. La acumulación de desventajas, como la desnutrición y el bajo desempeño educativo, puede generar un círculo vicioso que limite su acceso al mercado laboral.
Emilia Ramírez, directora de estrategia de Jóvenes Oportunidad en YouthBuild México, destaca que la falta de oportunidades y las condiciones laborales adversas desde temprana edad están llevando a la juventud a rechazando empleos, lo que a largo plazo podría aumentar los índices de pobreza en el país .
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Con información de Reporte Índigo.