Ubicado al norte de la CDMX, el Monumento a La Raza luce abandonado desde hace muchos años, plagado de basura, grafitis y las estatuas rotas.
Monumento a la Raza, un edificio histórico en el olvido
La clásica imagen de la estatua del Águila Juarista que posa en la cima de una pirámide azteca erigida hace más de 90 años sobre la avenida Insurgentes Norte ya no es tan imponente como hace décadas, puesto que se encuentra abandonada desde hace muchos años. La maleza ha crecido alrededor, las ramas salen incluso de las estatuas y decenas de gatos viven en las inmediaciones de este monumento capitalino que se ha convertido en una especie de refugio para personas en situación de calle.
El Monumento a La Raza ha sido vandalizado, la base de concreto se ha destruido, sus estatuas de piedra están incompletas, hay basura desbordándose en toda la obra y las serpientes, que representan las cabezas del dios Quetzalcóatl, han sido destrozadas. Esta obra del ingeniero Francisco Borbolla y el arquitecto y escultor Luis Lelo de Larrea, erigida a partir de 1930, ha quedado prácticamente en el olvido.
Autoridades se deslindan de su mantenimiento
El diario capitalino El Universal se puso en contacto con las secretarías de Obras y de Cultura, además de las autoridades de la alcaldía Cuauhtémoc, y todas aseguraron que no les correspondía el cuidado del Monumento a La Raza. En un documento enviado al Congreso capitalino, tras un exhorto de la diputada panista Gabriela Salido, dicha demarcación respondió que solicitará recursos adicionales para darle mantenimiento en 2024 y además se buscará que la obra sea reconocida como patrimonio cultural de CDMX.
“Es icónico porque tiene como 80 años, pero nadie le mete dinero y nadie se quiere hacer cargo de él, porque mientras no sea para cosas electorales o que le sirvan a la ciudadanía, pues lo descuidan, y míralo cómo está hoy”, señaló al diario Juan Carlos, habitante de la zona y trabajador del hospital La Raza.
¿Cuál es la historia del Monumento a La Raza?
El Monumento a la Raza es una construcción que busca enaltecer la cultura prehispánica en una imagen piramidal que adopta el aspecto de una auténtica edificación que resalte la historia del pueblo azteca y remita a las zonas arqueológicas que engalanaron las costumbres y tradiciones de nuestros ancestros. Tiene un tamaño de 50 metros de altura y en su pedestal hay un águila de casi seis metros que lucha contra una serpiente sobre un nopal; esta pieza es de lámina de cobre y acero y la diseñó el escultor francés Georges Gardel.
Debajo del águila hay relieves de los tlatoanis de la Triple Alianza y otro de Cuauhtémoc, además de serpientes emplumadas de Xochicalco. Hay dos escalinatas con grandes cabezas de serpientes: una se dirige al norte, a la puerta del edificio, y una al sur, que encamina a la plataforma superior.
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Con información de El Universal y MX City