Compra de voluntades: Embajadas como recompensa política en el Gobierno de la transformación
En una práctica que ha levantado interrogantes y críticas, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha nominado a cinco exgobernadores, en su mayoría provenientes del PRI, como embajadores o cónsules, generando especulaciones sobre si estas designaciones constituyen una forma de comprar voluntades a cambio de cargos diplomáticos.
Entre los políticos beneficiados con estas designaciones se encuentran Quirino Ordaz Coppel, exgobernador de Sinaloa, quien tras concluir su mandato en 2021, se convirtió en embajador de México en España en 2022. Claudia Pavlovich, exgobernadora de Sonora, también recibió su “recompensa” al ser propuesta como cónsul de Barcelona al finalizar su cargo en 2021.
Carlos Aysa, exgobernador de Campeche, quien finalizó su gestión como interino en 2021 sin renunciar al PRI, fue designado embajador de México en República Dominicana. Mientras tanto, Carlos Joaquín González, exmandatario perredista de Quintana Roo, asumió el cargo de embajador de México en Canadá a principios de 2023, a pesar de enfrentar críticas y acusaciones por su gestión en relación con manifestaciones feministas en su estado.
La última adición a esta lista es Omay Fayad, exgobernador de Hidalgo, quien ha sido propuesto como embajador de México en Noruega. La nominación de Fayad ha suscitado cuestionamientos sobre la posible conexión entre estas designaciones y acciones políticas que podrían favorecer al partido en el poder.
¿Voluntades por embajadas?
En su conferencia matutina, el presidente López Obrador fue increpado por una periodista que sugirió que estas designaciones podrían ser interpretadas como una forma de comprar conciencias. En respuesta, AMLO defendió la elección de Fayad, mencionando un compromiso personal y resaltando momentos de “humanismo” en la tragedia de Tlahuelilpan, Hidalgo, como razón para la designación.
El mandatario justificó dar al exgobernador de Hidalgo la Embajada de México en Noruega.
– ¿El que se porta bien se gana su Embajada?, se le preguntó.
– “Claro, el que tiene un acto de dignidad, merecer ser reconocido, no es de buenos o malos”, respondió.
– ¿No es muy ‘PRIANista’ dar Embajadas y consulados?
– ¿Por qué no?, ¿cuál es el problema? Hasta ahora ninguno del Servicio Exterior ha traicionado o ha hablado mal de México. Nunca han estado en contra de México y del Gobierno de México, sino que hay quienes han hecho una labor excepcional”.
López Obrador aseguró que tenía un compromiso con el ex Gobernador hidalguense, quien renunció hace poco al PRI.,
“¿Por qué lo propuse? Tengo con Omar un compromiso”, aseveró.
López Obrador
– ¿Compra voluntades con Embajadas y consulados?, se le inquirió.
– “No voy a caer en provocaciones”.
– No es el primero que le da una Embajada.
“Pues sí, por eso, por la cuestión humana, independientemente de cualquier cosa, nunca, nunca voy a dejar de agradecer. Cada quien tiene su manera de sentir, quién sirve, quién no sirve, respeto eso, pero para mi, esos momentos de humanismo son fundamentales”.
La práctica de otorgar cargos diplomáticos como recompensa política ha generado un debate sobre la ética y la transparencia en la administración pública, planteando preguntas sobre la verdadera motivación detrás de estas nominaciones y su impacto en la integridad del sistema político mexicano.