En una investigación realizada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), se revelan condiciones críticas y deplorables en instalaciones clave del Metro de la Ciudad de México, poniendo en riesgo la seguridad de millones de usuarios. La primera entrega de una serie de cinco investigaciones, titulada “El Metro de la CDMX ´hundido´ en la indiferencia”, arroja luz sobre el estado lamentable de las líneas 4 y 9, construidas con viaductos elevados, al igual que la fatídica Línea 12 que colapsó en mayo de 2021.
La Línea 4, inaugurada el 29 de agosto de 1981, y que se extiende de Santa Anita a Martín Carrera, presenta un cuadro desolador. Informes obtenidos por MCCI revelan que las condiciones de alerta son evidentes en los andenes y el viaducto elevado. La línea, construida mayormente con tramos elevados, muestra una “separación excesiva” de trabes, corrosión, humedad, y daños en las zapatas de las columnas debido a los hundimientos en el Valle de México.
Los documentos, datados entre agosto y diciembre de 2022, señalan la falta de mantenimiento adecuado, con estructuras de protección en el viaducto elevado que presentan daños y riesgo de desprendimiento sobre las vialidades. Expertos contratados por el propio Metro, en este caso el Consorcio IUYET, advierten que la solución a esta problemática debe ser a mediano plazo para evitar el riesgo de caídas.
En particular, el tramo entre las estaciones Talismán y Candelaria destaca por la emergencia de las zapatas de las columnas, fenómeno atribuido a la subsidencia en el Valle de México, con velocidades de hundimiento que oscilan entre los 3 y 25 centímetros.
Desniveles en la Línea 4 en centímetros (MCCI)
La Línea 9, que corre de Pantitlán a Tacubaya, también está bajo la lupa de MCCI. La investigación revela una gran cantidad de luminarias no funcionales en su tramo elevado, donde la iluminación debería garantizar la seguridad del paso del convoy. El informe de Revisión Estructural de la Línea 9 alerta sobre afectaciones por hundimientos que van de Pantitlán a Velódromo, en mayor o menor medida.
En los andenes de ambas líneas, se detectaron vibraciones “excesivas”, desplazamientos entre las estructuras, desfases entre estación y andén, fisuras en concreto, desniveles y escaleras descompuestas, algunas con deformaciones evidentes.
Además de las condiciones precarias en las instalaciones del Metro, MCCI expone un millonario gasto destinado a la renta de trenes en la Línea 12 y a lo que califican como ‘canonjías’ para el sindicato. Esta revelación plantea serias preguntas sobre la gestión de los recursos destinados al mantenimiento y mejora del sistema de transporte más importante de la capital.
A un año de la tragedia en la Línea 12 y con la columna AC-14 en la terminal elevada de Santa Anita aún sin reparar, estas revelaciones generan una urgente llamada de atención sobre la necesidad de una acción inmediata por parte de las autoridades para garantizar la seguridad de los usuarios y preservar la integridad del sistema de transporte más utilizado en la Ciudad de México.
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