Aunque la civilización occidental se impuso en términos sociopolíticos, religiosos, económicos, no aplastó del todo a las culturas indígenas, consideró Patrick Johansson Keraudren, especialista del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM.
Prueba de ello, dijo, lo son las 65 lenguas vernáculas que aún se hablan en el país, entre las cuales figura el náhuatl que permeó el español con una gran cantidad de aztequismos y de giros drásticos.
“El español ibérico que se hablaba entonces fue invadido por el náhuatl dejando huellas profundas en esta lengua europea, dando como resultado el español de México tal y como se habla hoy”, explicó.
Al citar los hechos que dieron origen a la caída del imperio azteca el 13 de agosto de 1521 y el surgimiento de lo que sería el México mestizo, recordó que ese día, después de combates encarnizados en el Mercado de Tlatelolco cayó el último reducto de Yacolco. La razón principal de la derrota fue sin duda la desunión de los pueblos indígenas.
Señaló que el último reducto indígena sin conquistar son las lenguas vernáculas. “México no habrá sido conquistado del todo mientras haya hablantes de ellas”.