En un revelador artículo publicado por el analista electoral Yuri Beltrán Miranda en el periódico El Universal, se plantea una interrogante que resuena con fuerza: “¿Sobrevivirá la democracia el 2024?”. Inspirado en las palabras de María Ressa, Nobel de la Paz, quien afirma que para finales de este año sabremos el destino de la democracia mundial, Beltrán aborda las condiciones inusuales que caracterizan este periodo electoral.
Por primera vez en la historia, un asombroso total de 4 mil millones de personas serán convocadas a las urnas en alrededor de 70 países. Aunque esta cifra podría considerarse una oportunidad única para fortalecer la democracia, el analista señala una paradoja: la enorme concurrencia de calendarios electorales se produce en un momento de amenazas y riesgos para los regímenes democráticos, especialmente en lo que respecta a su componente electoral.
Beltrán destaca que los índices internacionales han advertido retrocesos en democracias consolidadas y regímenes híbridos en los últimos años. La erosión de instituciones por parte de gobernantes electos democráticamente ya no es un fenómeno aislado.
Uno de los desafíos cruciales que enfrenta la democracia en estos tiempos modernos es el papel predominante de las redes sociales. Aunque han adquirido un enorme protagonismo en la difusión de información política, aún no se han implementado políticas efectivas para frenar la desinformación deliberada durante las campañas electorales. En este contexto, la influencia contundente de la inteligencia artificial (IA) en los comicios se presenta como una preocupación relevante, especialmente cuando se han difundido audios falsos que desafían la capacidad del público para discernir la verdad.
Beltrán sugiere que en 2024 debemos dirigir nuestra atención a varios puntos críticos alrededor del mundo. En América, el proceso judicial del aspirante Trump en Estados Unidos y el funcionamiento del sistema electoral único en México son aspectos clave. En Asia, India llevará a cabo la elección nacional más grande registrada, mientras que en Taiwán, la elección podría aumentar las tensiones con China si el partido gobernante triunfa.
En Europa, las posturas radicales en las elecciones para el Parlamento continental podrían ocupar los primeros lugares en las agendas de discusión, especialmente en temas relacionados con la migración.
El analista también destaca la posibilidad de comicios en tiempos de guerra, como en Rusia, donde se anticipa la reelección de Putin, y en Ucrania, que aún no ha cancelado sus elecciones a pesar de la vigencia de la ley marcial y la posibilidad de interferencias externas.
Beltrán concluye expresando su confianza en que la celebración de elecciones íntegras ha permitido a la humanidad avanzar hacia estadios más democráticos y espera que la prueba del 2024 no afecte el derecho inalienable de los pueblos a decidir sus propios destinos. En un año electoral crucial, el llamado es claro: la democracia enfrenta desafíos significativos, y la participación ciudadana sigue siendo fundamental para su supervivencia y fortalecimiento.
Lee el artículo ¿Sobrevivirá la democracia el 2024? en El Universal.
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