
- Representación proporcional: el antídoto contra el monopolio político en México
“Si ya elegimos diputados y senadores por voto directo, ¿para qué inventaron otros que entran sin que la gente los elija directamente?”
La pregunta suena lógica, casi de sentido común. Muchos ciudadanos miran con recelo a los llamados diputados plurinominales —esos legisladores que no recorren distritos pidiendo el voto y que, sin embargo, ocupan una curul o un escaño en el Congreso. Pero la respuesta exige mirar hacia atrás, a una época en la que el poder legislativo estaba dominado por un solo partido y las minorías apenas existían en el papel.
¿Cómo surgieron los diputados plurinominales en México?
En los años setenta, el Congreso mexicano era prácticamente un espacio de un solo color. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se llevaba, elección tras elección, la mayoría absoluta de los asientos. Las demás fuerzas políticas tenían presencia marginal o, en muchos casos, ninguna. Ese escenario dejaba fuera de la discusión parlamentaria a millones de ciudadanos que no se sentían representados.
Fue entonces cuando se reformó la Constitución para introducir el sistema de representación proporcional. La lógica era sencilla: si la democracia debía reflejar la pluralidad del país, el Congreso no podía seguir siendo un eco de un solo partido. Los plurinominales surgieron, pues, como una corrección histórica, una válvula de escape que permitiera a partidos pequeños tener voz en la construcción de las leyes.
¿Cómo se eligen a los diputados plurinominales?
El sistema divide la elección en dos vías. La primera es la mayoría relativa: los candidatos que ganan en cada distrito o circunscripción gracias al voto directo. La segunda es la representación proporcional: cada partido recibe un número de escaños adicional según el porcentaje de votos obtenidos a nivel nacional.
De esta manera, aunque un partido no gane distritos completos, puede sumar suficientes votos para tener representantes. Así se equilibra la balanza: no sólo cuentan los votos de quienes se llevaron “todo” en un distrito, sino también los de quienes perdieron pero representan una parte significativa de la ciudadanía.
Diputados plurinominales y su importancia en la democracia
El efecto fue inmediato. Los plurinominales abrieron espacio para que voces minoritarias entraran al Congreso. Desde partidos de izquierda marginados en los setenta, hasta nuevas fuerzas emergentes en décadas recientes, la representación proporcional ha permitido que la pluralidad política no se quede en la calle, sino que tenga asiento en el poder legislativo.
Gracias a este sistema, temas que antes no figuraban en la agenda —como los derechos indígenas, la equidad de género, la protección ambiental o la libertad religiosa— encontraron defensores con capacidad de incidir en las leyes. Sin plurinominales, buena parte de esa diversidad difícilmente habría tenido cabida.
Entre la crítica y la necesidad de la representación proporcional
Es cierto: el sistema ha generado críticas. Se acusa a algunos partidos de “inflar” sus listas plurinominales con figuras cercanas al poder o de usar ese mecanismo como un premio para militantes leales. También se cuestiona que un legislador sin campaña directa tenga la misma legitimidad que uno que recorrió calles y colonias.
Pero más allá de esos abusos —que son atribuibles a la práctica política, no al diseño del sistema—, la esencia de los plurinominales sigue vigente: sin ellos, México correría el riesgo de regresar a un Congreso dominado por mayorías absolutas, con minorías silenciadas.
Un Congreso diverso que se parezca a México
La democracia no se trata sólo de contar votos, sino de asegurar que cada sector de la sociedad pueda expresar su voz. Los plurinominales, en ese sentido, son una herramienta imperfecta pero necesaria para que el Congreso sea un espejo más fiel del país: diverso, contradictorio, plural.
Al final, la pregunta inicial se responde con otra: ¿queremos un Congreso que refleje únicamente a los que ganan más votos, o uno que también escuche a quienes, aunque sean menos, forman parte esencial de México?



