El EZLN está considerando volver a tomar las armas, como en 1994, ante al asedio de grupos paramilitares y narcoparamilitares, y a la falta de acción por parte del Estado.
Crimen organizado busca desmovilizar a comunidades zapatistas
En entrevista con El Sol de México, David y Pedro, miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hablan sobre la posible “guerra civil” en Chiapas, a la que se verían orillados a causa de los ataques que han recibido constantes a las bases de apoyo del EZLN, que fueron denunciadas el pasado 1 de junio mediante un comunicado emitido por la organización, la cual fue respaldada por más de 800 organizaciones.
“Estamos dispuestos a tomar de nuevo las armas ante esas agresiones. No nos podemos quedar con los brazos cruzados viendo cómo grupos criminales, en colusión con los gobiernos federal y estatal, asesinan a nuestras familias”, afirma David.
De igual forma, Pedro asegura que ya es evidente la existencia de una “guerra contrainsurgente en contra de las bases del EZLN”, pero destaca que no se trata de una situación similar a la que se vivió en Chiapas tras el levantamiento de 1994, con grupos paramilitares financiados por el Ejército, que derivaron en tragedias como la masacre de Acteal diciembre de 1997. En este sentido, señala que actualmente se han involucrado las bandas del crimen organizado:
“en la nueva etapa de la guerra contrainsurgente se está echando mano de grupos del crimen organizado para desmovilizar a las comunidades zapatistas, con acciones directas o con reclutamientos forzados de jóvenes para que formen parte de organizaciones criminales, grupos paramilitares o de narcoparamilitares”.
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Narco, paramilitares y desplazamiento, causas principales de la crisis en Chiapas
David revela que hace algunos meses se dieron cuenta de la presencia de avionetas en la zona, mismas que se utilizan para transportar droga, ante “la complacencia de los militares”, quienes instalan retenes en los que a los miembros del EZLN les “revisan todo y nos hacen esperar varias horas, mientras que a vehículos de grupos delincuenciales, que tenemos perfectamente ubicados, les dan paso libre”.
Además, los milicianos advierten sobre la presencia de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao), un grupo paramilitar que ha agredido a simpatizantes del zapatismo. Pedro y David advierten que esta situación ha llevado al desplazamiento forzado de bases del EZLN en el municipio de Chicomuselo, debido a la presencia de “grupos de narcoparamilitares contratados por una empresa minera canadiense (Blackfire Exploration LTD.), y en donde el Ejército, la Guardia Nacional y las policías de Chiapas no hicieron nada por impedirlo”.
“Se trata de una organización supuestamente campesina, pero que ha operado de manera irregular como un grupo paramilitar haciendo labores contra la insurgencia en las comunidades zapatistas y en este último ataque hirieron a un compañero”, señala el testimonio de un estudiante de Universidad Veracruzana que participó el 1 de junio pasado en una protesta a favor del zapatismo.
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“A ese señor ya no le creemos”
El Sol de México habló también al exmiliciano Ramiro en la antigua base del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, quien les indicó cuál fue el lugar en el que se tomaron una fotografía el presidente López Obrador y el subcomandante Marcos, en el año 1994, al tiempo que enfatiza la postura que ha llegado a tener el EZLN sobre el mandatario, tras cinco años de gobierno sin solución a la violencia:
“Fue por allá. Pero a ese señor ya no le creemos. Yo sí estoy dispuesto a retomar las armas si las cosas siguen como están”.
Con información de El Sol de México
