Millonarios sobrecostos de megaobras acumulan 163 mil millones de pesos

Equivale a construir otros dos aeropuertos “Felipe Ángeles”; se pudo invertir en salud

Los compromisos iniciales de Andrés Manuel López Obrador en materia de austeridad y de priorizar la atención de los pobres se ven opacados por los sobreprecios en obras emblemáticas. A pesar de las promesas iniciales eficiencia en el gasto público hechas por el titular del Poder Ejecutivo meses antes de que tomara protesta, la actual administración se encuentra bajo escrutinio debido a los substanciales sobrecostos que enfrentan varias de sus megaobras emblemáticas, generando un aumento acumulado de 163 mil millones de pesos en los presupuestos iniciales. Estos incrementos representan un 39% por encima de las estimaciones originales y han generado críticas tanto de la oposición como de la sociedad civil.

Los recientes informes sobre los sobrecostos en las obras de infraestructura impulsadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador han generado un comparativo sorprendente: los 163 mil millones de pesos en sobrecostos podrían haber financiado la construcción de dos Aeropuertos Internacionales “Felipe Ángeles” (AIFA).

Este comparativo pone de relieve la magnitud de los sobrecostos en las obras del gobierno actual y sus implicaciones financieras. Mientras continúan los cuestionamientos sobre la gestión de proyectos de infraestructura, los recursos destinados a sobrecostos podrían haber sido invertidos en mejorar el sistema de salud o en atender a la población más vulnerable, por ejemplo, lo que plantea interrogantes sobre la eficacia y la rendición de cuentas en la ejecución de proyectos de infraestructura a gran escala.

El Tren Maya: de 156 a 482 mil millones de pesos

Uno de los proyectos más destacados del gobierno de López Obrador, el Tren Maya, ha experimentado un incremento de costos alarmante. Inicialmente presupuestado en 156 mil millones de pesos, el costo final estimado ha ascendido a más de 482 mil millones de pesos, un aumento del 311% sobre el presupuesto original. Estos sobrecostos han provocado preocupación sobre la viabilidad financiera y la transparencia en la gestión de este megaproyecto.

La Refinería de Dos Bocas: de 136 mil a 306 mil millones de pesos

Otra obra emblemática que ha visto un importante aumento de costos es la Refinería de Dos Bocas. Inicialmente presupuestada en 8 mil millones de dólares, el costo total se ha disparado a 18 mil millones de dólares, equivalente a 306 mil millones de pesos. Este sobrecosto plantea interrogantes sobre la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura en el país.

El Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”: 20 mil millones de pesos adicionales

El nuevo Aeropuerto Internacional “Felípe Ángeles” (AIFA) también ha enfrentado un aumento de costos sustancial. El proyecto, que tenía un presupuesto original de 70 mil millones de pesos, ha experimentado un sobrecosto de 20 mil millones de pesos, un 29% más de lo inicialmente estimado, alcanzando un total de 90 mil millones de pesos.

El Tren al AIFA y el Tren Interurbano México-Toluca: más allá de lo presupuestado

Además del AIFA, otros proyectos ferroviarios también han experimentado sobrecostos considerables. El Tren al AIFA, que originalmente estaba presupuestado en 18 mil 586 millones de pesos, ahora supera los 25 mil millones de pesos, un aumento del 37% sobre el costo estimado.

El Tren Interurbano México-Toluca es otro ejemplo de incremento de costos, ya que inicialmente se había estimado en 38 mil millones de pesos, pero terminará costando más de 97 mil millones de pesos, lo que representa un sorprendente 155% de sobrecosto.

Estos crecientes sobrecostos plantean preocupaciones sobre la transparencia y la eficiencia en la gestión de proyectos de infraestructura de gran envergadura en México. A pesar de las promesas iniciales de austeridad y eficiencia gubernamental, la acumulación de sobrecostos millonarios en estas megaobras ha generado un debate público sobre la necesidad de una supervisión más rigurosa y una gestión más eficiente de los recursos públicos.

Falta de visión de largo plazo y cobrecostos

A medida que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se acerca a su quinto año de mandato, las megaobras de infraestructura, como el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA) y la Refinería de Dos Bocas, enfrentan sobrecostos significativos y críticas de expertos debido a la falta de una visión de largo plazo en su planificación.

Especialistas en infraestructura coinciden en que uno de los principales problemas que enfrentan estas megaobras es la carencia de un plan de desarrollo integral con una visión de largo plazo que abarque, al menos, hasta el año 2050. Temas cruciales como la innovación, el impacto social, la conectividad y el desarrollo sustentable no fueron debidamente considerados en la planificación inicial.

El Presidente de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría (CNEC), Juan Carlos Sierra, subraya la importancia de una planificación estratégica sólida en la ejecución de proyectos de infraestructura. Sierra afirma que “el gran error en el gobierno actual, y también en administraciones previas, es la ausencia de un plan a largo plazo que incluya elementos clave como la innovación, el impacto social, la conectividad y el desarrollo sostenible”.

El Tren Maya, emblemático por su ambición y alcance, ha sido particularmente afectado por la falta de planificación. Diversos cambios en la ruta y los métodos constructivos han llevado a un gasto que supera los 359,000 millones de pesos, mucho más allá del presupuesto original. Se estima que el costo final podría ascender a más de 482 mil millones de pesos, lo que ha generado críticas sobre la viabilidad financiera y la gestión de este megaproyecto.

El gobierno federal, que apostó por proyectos de infraestructura de gran envergadura, ahora enfrenta el desafío de justificar estos sobrecostos y reevaluar su enfoque en la planificación y ejecución de futuras obras. La ausencia de una visión de largo plazo y de consideraciones clave en la planificación de infraestructura continúa generando interrogantes sobre la eficacia y transparencia de estos proyectos a gran escala.

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