Con el problema de la inflación incontrolable y el bajo crecimiento económico, la CEPAL augura un retroceso en el combate a la pobreza.
México, uno de los países más afectados
El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) “Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?”, prevé que México sea una de las naciones más afectadas por el fenómeno de la inflación y el bajo crecimiento económico.
Estos factores influirán de manera negativa en el combate a la pobreza. En este sentido, el pronóstico de la Cepal es que el país cierre el año con una tasa de pobreza del 36.3%, mayor al 34.9% registrado en 2021. Sin embargo, de llegarse a un nivel mayor de inflación, se espera que suba a 37.2%.
Estas proyecciones colocarían a México como el cuarto país más afectado; Colombia, Paraguay y Brasil se suman a esta lista.
“El impacto del alza de precios y de la baja del crecimiento en la pobreza será diferente de un país al otro. En Colombia, México, Paraguay y Brasil tendrá lugar un fuerte retroceso de la lucha contra la pobreza”.
Rolando Ocampo, director de la División de Estadística de la Cepal, indicó que en el país pasará de 1.6 millones de personas en situación de pobreza a 2.5 millones, casi el doble, dependiendo del comportamiento de la inflación.
Mario Cimoli, secretario ejecutivo interino de la Cepal, puso énfasis en el impacto que tendrá en aquellos hogares con ingresos más bajos y la necesidad de cuidar el bienestar de los sectores más pobres. Una de las prioridades, dijo, debe ser la seguridad alimentaria.
“La tendencia de un crecimiento de los precios de los alimentos superior a la inflación general en la mayoría de los países perjudica no solo a las personas extremadamente pobres, sino también a los hogares de las partes media y media baja de la distribución del ingreso. Esto se debe a que la participación de los alimentos en la estructura de consumo de los hogares aumenta a medida que disminuye el ingreso”.
Política monetaria en una encrucijada
El asunto también implica un serio desafío para las políticas monetarias. Por un lado, las políticas de alza de tasas para frenar las presiones inflacionarias limitan el espacio de la política monetaria para sostener la actividad económica y demanda agregada, lo que mina el crecimiento. Por otro, están las condiciones financieras desfavorables debido a la normalización mundial de la política monetaria, así como la reversión de los estímulos monetarios que se dieron en los países desarrollados.
“Esto podría repercutir en salidas repentinas de capitales (como las observadas al inicio de la pandemia), junto con una mayor aversión al riesgo y apreciación del dólar, que podría aumentar el riesgo de inestabilidad macrofinanciera y acelerar la inflación en los países de la región a través del canal cambiario”.
Política fiscal es clave
La Cepal indicó que la política fiscal debe mantenerse como elemento central en la política de desarrollo de los países de la región, aunque reconoció que existe una desaceleración desde 2021. También se pronunció por los subsidios a la energía y alimentos, además de apoyos a los sectores más vulnerables para evitar impactos inflacionarios.
“Para el 2022, el contexto macroeconómico se ha hecho más complejo, planteando retos al manejo de la política fiscal que se manifestarán de forma diferente en los distintos países, como reflejo de la heterogeneidad de sus situaciones fiscales. Destacan los problemas de los países con elevados niveles de deuda, importadores netos de energía y alimentos, y con estructuras productivas altamente expuestas a condiciones internacionales como el turismo”.
Al respecto advirtió que la ralentización del consumo privado y la inversión representaría un obstáculo para los ingresos tributarios, sin embargo, existe un área de oportunidad en el alza de los precios de combustibles y materias primas que impulsarían los ingresos públicos.
Con información de El Economista.