La compra total de la refinería Deer Park por parte de Petróleos Mexicanos (PEMEX) a la compañía privada Shell será un problema de largo plazo para los consumidores de combustibles en México, dijo en una entrevista para Forbes México Nymia Almeida, analista de Moody’s.
La calificadora de riesgo crediticio estima que la demanda mundial de combustibles caerá al menos 20% hacia 2035, pero México y Pemex no podrán bajar los precios domésticos porque tendrán que pagar la refinería que compraron en Houston, Texas, y la que están construyendo en Dos Bocas, Tabasco, detalló la analista.
Asimismo, mencionó que pese a que el gobierno prevé que el consumo de gasolina y diésel en México se mantendrá o incluso crecerá, la representante de Moody’s consideró que será más barato importar combustibles que Estados Unidos y Europa ya no quieren que producirlos en México.
Al preguntarle si la compra presiona la nota crediticia de la compañía, Almeida respondió que es muy pronto para saberlo, pues faltan detalles sobre la forma en que pagarán la infraestructura, pero la adquisición tampoco es un movimiento “absurdo” en términos de inversión pues la compañía posee 15,000 millones de dólares (mdd) para 2021.
“Es una decisión cuestionable. ¿La inversión está dentro de su presupuesto? sí, pero Pemex tiene que ser cuidadoso, pues va a tener que quitar este monto de otra inversión un poco más productiva como en exploración y producción, que es donde gana dinero”, agregó.
La analista de Moody’s también mencionó que México y Pemex van en sentido opuesto a la transición energética global. Esta política energética se traduce como un riesgo, pues los inversionistas tienen el mandato de invertir en empresas que protegen el ambiente y transitan a productos sin emisiones de carbono.
“En ese contexto, hay un riesgo de que, si no se atienden las necesidades ambientales del planeta puntualmente por cada empresa, si eso no se toma en cuenta, pudiera haber un rechazo con respecto a la inversión en los bonos de Pemex, eso sí es una preocupación”, concluyó.
En abril de 2020, la calificadora de riesgo degradó la nota de Pemex a bono basura (Ba2 desde Baa3) y mantuvo su perspectiva negativa.
Esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la compra del 50 por ciento de las acciones restantes de la refinería Deer Park, la cual tiene la capacidad de procesar 340 mil barriles, al igual que lo previsto para la refinería de Tabasco, uno de los proyectos característicos de su gobierno. El primer mandatario informó además que para dicha compra se destinaron 600 millones de dólares.
Datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) señalan que, de 2013 a 2018, diversos países aumentaron su capacidad de refinación: China, 31 %; Arabia Saudita, 14 %; India, 9 %; Rusia, 9 %; Emiratos Árabes Unidos, 9 %; Estados Unidos, 7 %; Corea del Sur, 2%, y 19 % el resto del mundo.
Entre 2001 y 2018, las importaciones de gasolina en México se multiplicaron por 11, de acuerdo con datos de Pemex. A partir de 2014, tras la aprobación de la reforma energética impulsada por el expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), las importaciones de gasolina superaron a las exportaciones de petróleo en México.
Así, mientras en 2010 México exportaba 48 mil millones de dólares en petróleo e importaba 35 mil millones en gasolina, esta cifra se invirtió para 2020, cuando México importó el valor de 30.000 millones de dólares y exportó solo 17 mil millones.
Esto significa que México actualmente tiene un déficit comercial de 13 mil millones de dólares en materia de petróleo y sus derivados.
México cuenta actualmente con seis refinerías en operación: Minatitlán, Cadereyta, Madero, Salamanca, Salina Cruz y Tula. Para 2018, estas funcionaban al 32 % de su capacidad, según datos de la Secretaría de Energía, en contraste, Estados Unidos cuenta con 138 refinerías en operación. La más reciente fue puesta en marcha en 2019 en Channelview, Texas, según datos de la Agencia de Información Energética de este país.
Con información de Forbes México