AMLO presumió en su informe los récords históricos en materia económica durante su gobierno y afirmó que deja sentadas las bases de la 4T.
Obras, remesas y crecimiento económico
Analistas y expertos coinciden en que el pasado primero de septiembre, Andrés Manuel López Obrador dio un informe de gobierno con datos y cifras engañosas que, de acuerdo a las mediciones, no son correspondientes con la realidad que atraviesa el país. Además de adjudicarse cifras, como en el caso de las remesas, que no tienen nada que ver con políticas públicas que se hayan implementado desde la llamada cuarta transformación.
Entre ellos, el supuesto récord en obra pública que como lo señala Carlos M. Urzúa, en términos de producto interno bruto, es la menor que se haya reportado en las pasadas dos décadas.
En cuanto a las remesas, AMLO anunció con bombos y platillos que las aportaciones hechas por los migrantes a sus familias en México ha sido de las mayores en la historia, sin embargo, omite decir que lamentablemente es un indicador que en el país no hay oportunidades para evitar que miles de paisanos emigren cada año así como acciones que reduzcan la dependencia de millones de familias al dinero que les envían porque tampoco gozan de un ingreso que les permita vivir dignamente.
En cuanto al incremento del PIB, López Obrador había prometido un crecimiento sostenido anual del 4%. En su libro recién publicado baja la meta a la mitad, 2%. Este cambio sin duda se debió al factor pandemia, y aún con una cifra conservadora, de suponer que se cumplieran los pronósticos de crecimiento al cierre de 2021 de 6.2% seguiría por debajo del margen que heredó en 2018, en términos reales.
El reto del próximo presupuesto 2022
De cara a la aprobación del presupuesto 2022, a pesar de las cifras positivas en el discurso del presidente, el déficit no se ha reducido lo esperado.
Durante el primer año cerró con un faltante de 400 mil millones de pesos; para 2020, la cifra creció a 655 mil millones, y en éste, se estima un cierre superior a 750 mil millones de pesos. En total suman 1.8 billones de pesos, aunque el gobierno solo ha contratado deuda por 1.6 billones.
En este sentido, los ingresos pasaron de 5.1 a 5.6 billones de pesos; mientras que el gasto total, de 5.6 a 6.4 billones. La esperanza sigue puesta en el petróleo pero la práctica demuestra que las fluctuaciones en el mercado terminan por deber a los pronósticos de ingresos petroleros.
En suma, en dos años y medio, el gobierno ha reducido sus activos e incrementado su deuda a un ritmo de un billón de pesos por año. Ya no tiene muchos activos, veremos cuánta deuda aguanta.
Con información de El Universal, El Financiero.