Divorcios al alza en México: ¿cómo tratarlos con niños y adolescentes?

Definitivamente los divorcios van al alza en México, por lo que abordar el tema en la familia es cada vez más una realidad cotidiana y menos personas lo ven como un tabú o una especie de “deshonra” o “derrota”. ¿Cómo podemos tratar este tema con nuestros niños y adolescentes?

¿Cómo preparar a los hijos para el divorcio?

Cuando una pareja atraviesa por una etapa de separación y divorcio, uno de los pasos más complicados es el momento de contarle a los hijos (niños y adolescentes), lo que está sucediendo y ser un apoyo emocional para ellos, pese a estar viviendo un momento complicado a nivel emocional.

De acuerdo con el artículo publicado en El País, “Separación y divorcio: cómo contárselo a niños y adolescentes para ayudarles a afrontarlo”, de César de la Hoz, psicopedagogo y experto en mediación y resolución de conflictos escolares y familiares, las personas que se están separando pueden utilizar diversas estrategias de comunicación que los ayuden a sobrellevar este tipo de procesos sin que tengan un impacto negativo en sus hijos, como inestabilidad emocional y sentimiento de inseguridad.

“Los mediadores familiares recomiendan en una primera instancia la comunicación abierta y honesta para afrontar un proceso de separación o divorcio.

Cuando llega el momento en las sesiones de hablar sobre cómo comunicarlo a los hijos, cómo gestionar la conversación, cómo tomar decisiones conjuntas estando separados y ya con vidas diferentes e, incluso, en las situaciones en las que ya hay una nueva pareja es fundamental, por tanto, que los padres hablen con franqueza con sus hijos sobre la situación”.

Responde a sus preguntas de forma clara

Al encontrarse emocionalmente inestables, con ansiedad o tristeza, los padres asumen una responsabilidad extra, pues también buscan transmitir a sus hijos la noticia sobre la separación de una forma que no pierdan la confianza en ellos ni sientan que se tambalea su estabilidad familiar. Por eso, en esta etapa, será crucial informar con calma a los hijos, de acuerdo con su edad y nivel de comprensión, evitando conflictos con la expareja.

Lo ideal sería que ambos progenitores estuvieran de acuerdo en la forma de comunicarse y fueran contundentes en sus mensajes de amor y apoyo para sus hijos menores de edad. De esta forma, sus niñas, niños o adolescentes seguirán teniendo la seguridad de que tendrán siempre el cuidado y cariño de ambos, a pesar de la separación.

“Esto puede suponer un gran esfuerzo, pero escuchar activamente, validar cómo se sienten y ofrecer consuelo son herramientas clave para ayudar a los niños, niñas y adolescentes a procesar sus emociones y promover su bienestar emocional tras el divorcio o separación de sus padres.

Las rupturas matrimoniales son procesos desafiantes y desestabilizadores tanto psicológica como emocionalmente, pero con la atención y el apoyo adecuados los menores pueden afrontarlos de manera saludable”, explica el especialista.

Recuérdales que “no se acaba el mundo”

Una de las mejores vías para sobrellevar estos momentos en familia es contar con orientación profesional y asistir a algún tipo de terapia que permita mantener la comunicación entre padres e hijos. Aunque te sientas “obligado” a transmitirles la calma suficiente como para que sepan que con el divorcio “no se acaba el mundo”, también es importante decirles siempre la verdad, dejarlos llorar y desahogarse (siempre y cuando el llanto o la tristeza no se utilicen para jugar con las emociones y el sentimiento de culpa de los adultos).

Mientras estableces una buena comunicación con ellos, procura mantener lo más posible su sentimiento de estabilidad al dejarles una rutina conocida que les transmita confianza en el día a día, así como la calma para comprender que, aunque habrá cambios, estos no afectarán a su vida, sino que serán para mejorar la de toda la familia.

“Mantener las mismas actividades, horarios de comida y de sueño, así como las tareas escolares les proporcionará una sensación de estabilidad y normalidad, ayudándoles a enfrentar los cambios con mayor confianza y resiliencia”, señala el artículo de De la Hoz.

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Con información de El País