Reforma educativa: a destiempo y en la incertidumbre

La reforma educativa ha generado severas críticas por la envergadura de los cambios y la falta de información técnica sobre cómo se implementará.

Sincretismo e incertidumbre

En días recientes se comenta y debate ampliamente sobre la propuesta del nuevo modelo educativo que la Secretaría de Educación Pública (SEP) presentó para desterrar el modelo de enseñanza neoliberal que ha permeado las aulas desde finales de siglo pasado.

Ahora lo que se plantea es un modelo basado en aprendizajes sociocomunitarios y sin evaluaciones “tradicionales”. A más de la mitad del sexenio se está dando a conocer el plan no solo a la población general, sino también para los docentes. AMLO se ha expresado en términos maniqueos sobre ella en sus conferencias y los propios funcionarios de la SEP se escudan en que se hicieron las consultas respectivas para que fuera validada.

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Este gobierno se ha destacado por ser uno en el que el titular del ejecutivo marca la agenda como en ningún otro. Ante lo cual Carmen Morán Breña pregunta: “¿Qué ha pasado en estos más de tres años de sexenio para que ahora se empiece a conocer una reforma tan vasta? ¿Dará tiempo a implantar en las aulas tamaños cambios? ¿Por qué la educación no se ha alzado en estos tres años como uno de los asuntos clave del mandato de López Obrador? ¿Por qué no se menciona con insistencia en las mañaneras, como sí se hace con la corrupción o la pobreza o la seguridad o los medios de comunicación?”.

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Reforma educativa: ¿qué dicen los expertos?

Martha Singer, doctora en Ciencias Políticas por la UNAM, admite que se trata de un tema prioritario en la agenda del presidente para instaurar la 4T, sin embargo, el problema es que existe una ineficiente cobertura mediática debido a que no encuentran esta política como otros asuntos de gobierno: reforma eléctrica, reforma electoral, etc. Es “un debate silencioso, sin difusión ni dominio público”.

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En el otro lado, hay especialistas en temas de educación y pedagogía, que convergen en que la materia no ha sido una verdadera prioridad.  

“Nunca ha sido la prioridad de ningún gobierno y el resultado es que las desigualdades en el ámbito educativo son cada vez más profundas, como ha puesto de manifiesto la pandemia. […] La política educativa está siendo víctima de reformas accidentadas en las que faltan análisis certeros donde se determinen las áreas de oportunidad de las que los gobiernos puedan echar mano. El discurso del presidente es incoherente, habla de los pobres, pero no les ofrece una educación fortalecida ni de calidad”.

María del Rosario Melgarejo Aguilar, doctora en Pedagogía de la UNAM.

cree que se están aplicando criterios homogéneos para tratar a una población completamente diferente, como es el alumnado rural y el urbano. “Quitar los grados, bien, pero con qué objetivo, nadie ha contado qué se avanzará con ello ni qué resultados se esperan. Dan como flashazos, pero sin grandes explicaciones”, critica. “Se trata de una política disléxica, sin enfoque para abordar cambios estructurales”, remata.

¿Qué dicen las y los maestros de la reforma educativa?

De lo que se conoce son grandes ejes: se anunció cambios en los contenidos y el formato escolar, la renovación de los libros de texto y el mejoramiento de las infraestructuras escolares.

El presidente ha dicho que el pilar son los docentes por lo que no se quiere perjudicar al magisterio, al respecto ha asegurado plazas fijas de “alrededor de 650 mil trabajadores de la educación”, que ya no estarán sometidos a las evaluaciones implantadas en el sexenio anterior. Su gobierno se hará cargo de las nóminas para evitar impagos y retrasos. Mientras que le ha dado el espaldarazo al SNTE como “franco aliado” de la educación, mismo estatus que ocupó en sexenios anteriores.

“Todo lo demás, los contenidos, los libros de texto, permanece envuelto en la neblina de retórica por ahora. “Queremos una educación humanista, fraterna, no individualista, egoísta. […] Neoliberal meritocrático conductista, punitivo, patriarcal, racista, competencial, eurocéntrico, colonial, inhumano y clasista”.

Marx Arriaga Navarro, director de Materiales Educativos de SEP.

Una herramienta político-laboral

Para analistas como Manuel Gil Antón, del Colegio de México, la urgencia de erradicar el neoliberalismo mediante políticas poco efectivas ya que, en cuento al paradigma empresarial, sigue siendo el mismo.

“Es curiosísimo, porque repite que ellos no son iguales que los anteriores, pero está haciendo lo mismo que Peña Nieto: autoriza una modificación profunda del sistema educativo sin posibilidad de pruebas piloto, cambios inmediatos y por decreto, a partir de agosto”.

Por su parte, Roberto Rodríguez, especialista en política educativa, ve en este planteamiento el uso de la educación como una herramienta político-laboral. Para los alumnos, implica atravesar tres reformas educativas (2011, 2016 y la de la 4T) las cuales han puesto énfasis en lo político e ideológico dejando de lado “los modelos educativos más exitosos, que preparan para una formación cultural, cognitiva, científica y tecnológica situada en la modernidad y no en la fantasía comunitaria”

Por último, hay otro factor a considerar en la reforma educativa, y estos son los apoyos económicos directos con becas a los estudiantes, apoyos económicos a las familias, el pago a los maestros por horas extra o la construcción de una escuela. La reforma consolida ese sistema que no está exento de corrupción.

Con información de El País.