Choque de trenes en la 4T

choque trenes 4T

Demetrio Sodi

A principio del sexenio pensé que la estrategia de descalificación y confrontación del presidente López Obrador era eso, sólo una estrategia para arrancar y consolidar su gobierno, así como para aumentar aún más el gran apoyo popular que tuvo en las elecciones de 2018.

La estrategia le dio resultado en un inicio y llegó a niveles de aceptación superiores a 75%, cuando en la elección presidencial había obtenido sólo 50%.

Convirtió a la corrupción, la austeridad y los conservadores en los temas centrales de su discurso político y con ese pretexto echó abajo proyectos y programas, como el aeropuerto de Texcoco, las guarderías, Progresa y el Seguro Popular, que eran muy apreciados por la gente.

Para justificar esas decisiones hizo aún más extrema la descalificación a todos los que lo critican y no le importó polarizar cada día más al país entre sus opositores y sus seguidores.

No se dio cuenta que muchos de los nuevos seguidores que logró al llegar a la Presidencia lo hacían con la idea de que ya como presidente iba a gobernar para todos e iba a dejar de lado su discurso de confrontación y descalificación.

Lo que ha ido quedando claro en éstos ya 17 meses es que Lopez Obrador es un político que nació para la confrontación y que no podrá ser nunca un presidente para todos los mexicanos.

López Obrador se mueve como pez en el agua en la confrontación, pero no tiene la capacidad ni la seguridad personal para sentarse en una mesa a buscar acuerdos con aquellos que tienen un punto de vista diferente.

Tiene un gabinete sumiso, incapaz de enfrentarse a él y dispuesto a hacer lo que le ordenen aunque vaya en contra de su forma de pensar y su dignidad. No respeta las facultades de cada secretaría y distribuye funciones a su antojo violando la ley de la Administración PúblicaLópez Obrador es un político de choque y no va a cambiar, ya se dio cuenta de que si reduce sus ataques, su popularidad con sus seguidores incondicionales cae y, por otro lado, también ya se dio cuenta de que ya no puede convencer a los que son sus opositores.

El país está cada día más dividido y aún en situaciones extremas como las que estamos viviendo por la pandemia del coronavirus y la crisis económica profunda que se nos viene encima, el Presidente no está dispuesto a modificar su discurso de confrontación y llamar a un acuerdo nacional.

Estoy convencido de que no hay ninguna posibilidad de diálogo con el Presidente y que el choque entre AMLO y sus seguidores, de un lado, y las fuerzas políticas y los ciudadanos que se oponen a él, del otro, será cada día mayor. No hay forma de llegar a un acuerdo nacional, López obrador quiere acabar políticamente con los que se oponen a él y a sus ideas y, por lo tanto, la forma de combatirlo y derrotarlo es con la unidad de la oposición.

El choque de trenes va a llegar a su punto máximo en las elecciones del próximo año, no hay forma de evitarlo, preparémonos desde ahora para derrotarlo en las urnas y en la votación para la revocación de mandato.

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